No tengo claro si es bueno que hayamos conseguido exportar la idea de la paella, o malo que al haberla exportado ahora sean otros los que las fabriquen y las vendan, lo que al menos resulta curioso es llegar a IKEA y encontrar que le han puesto de nombre Skänka, un nombre que no creo que se le haya ocurrido a ningún valenciano, y que habría que ver si les gusta, porque una cosa es que otros adopten nuestras costumbres y otra que otros adapten nuestras costumbres a las suyas. Hace unos meses hubo una importante polémica entre expertos paelleros valencianos porque en un anuncio de televisión aparecía una paella con ingredientes incorrectos, así que encontrarse un nombre sueco no creo que les haga mucha gracia. Tampoco es para enfadarse porque los suecos cocinen en paella, aunque lo que cocinen sean albóndigas suecas, ya que en muchas de nuestras cocinas hay un wok en el que cocinamos lo que nos da la gana. Las grandes ideas siempre han dado la vuelta al mundo, y ahora el mundo es cada día más pequeño, así que es cada vez más normal encontrar jamón en China o brotes de bambú en España. Traemos a nuestras cocinas salsa de soja, mostaza francesa o curry con la misma naturalidad que hace siglos llegaron la pimienta o la nuez moscada, con lo que seguimos ampliando nuestro ya completo recetario, que no sería el mismo sin los tomates o los pimientos que llegaron de América o sin la citada pimienta. No serán lo mismo tampoco las paellas que coma a partir de ahora, porque siempre me acordaré de Skänka y de IKEA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario