En los momentos de necesidad es difícil pensar con claridad, porque la gente piensa en lo inmediato, que es llegar a mañana, y no se plantea las consecuencias, que están en un pasado mañana al que no saben cómo llegarán. Y ahí aparecen buitres dispuestos a ofrecer soluciones rápidas, como dejarte dinero por tu propio coche mientras lo conduces o por tu vivienda mientras vives en ella. Dinero rápido, sin estudios de viabilidad serios, que solucionan los problemas casi al instante, y sin tener que recurrir a esos bancos que ponen tantas pegas y te chupan la sangre. Pero si un banco te pone pegas hasta por chuparte la sangre y su actividad está completamente regulada por la ley, es fácil hacerse a la idea de como vas a quedar si acudes a un particular o una empresa no regulada en vez de a un banco. Intereses imposibles de pagar en plazos imposibles de cumplir y lo único que conseguirás será un poco de tiempo para coger un poco de aire, pero cuando te des cuenta tu deuda será mayor y el bien que hayas puesto como garantía estará a nombre de otra persona. Nadie te va a dejar dinero en veinticuatro horas sin comprobar tus posibilidades de pago si no espera una rentabilidad directamente proporcional al riesgo. Cuidado con las soluciones rápidas.
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