Bosques de copas verdes a decenas de metros de altura forman un manto continuo que impide que la luz llegue al suelo. Cada pino se pone de puntillas para estar por encima de los demás y las primeras ramas con hojas no empiezan hasta bien mediados los troncos. Nubes que se pueden ver nacer entre los árboles casi al alcance de las manos. Humedad, sombra, frescor, tranquilidad... Todo esto es la Baviera que mira hacia los Alpes. Todo esto y mucho mas, pero merece descubrirlo y que no te lo descubran.
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