Tener tu propia jarra en una taquilla de una cervecería y una mesa con tu nombre siempre reservada es algo mas que ser alguien conocido en el lugar, es ser parte de el. Tener la costumbre de acudir regularmente al mismo lugar con los mismos amigos es querer mantener las cosas que te gustan tal y como están. La jarra en la taquilla es una metáfora perfecta: las cosas buenas merecen su sitio permanente.
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