Como han cambiado las cosas. Las murallas de muchas ciudades han visto la evolución de nuestra sociedad a lo largo de su vida. Construidas inicialmente para proteger a los ciudadanos de las guerras e invasiones enemigas, siempre con sus puertas cerradas por la desconfianza en todo extranjero que se aproximase, las tienen hoy abiertas a las invasiones modernas, las que llevamos a cabo millones de turistas que hemos cambiado las armas por cámaras de fotos y los saqueos por compras y comilonas. Como lugareños recibimos a los extranjeros con nuestra mejor sonrisa en vez de enseñando nuestros colmillos. Al menos hemos alejado las guerras de las murallas de Europa, esperemos que para siempre, y deseemos que desaparezcan de todas las murallas del mundo. Siempre es preferible el peor turista que el mejor invasor.
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