Ayer empecé hablando de fútbol y hoy voy a seguir, aunque no de fútbol directamente, si no de lo que implica estos días. No es sobre cualquier fútbol, es sobre la Copa Mundial de Fútbol, que es dónde se juntan los mejores jugadores del mundo defendiendo a sus países, sólo cada cuatro años y sólo durante un mes. Lo de defender a su país hay gente que no lo ve claro, porque hay gente que no está orgulloso de ser del suyo y preferiría ser de otro. Ser de un país no se elige, es como ser de la familia que somos, que ambas cosas nos tocan sin poder decidir, y que haya cosas malas y personas indeseables en nuestra familia no quita que sigamos queriendo al resto, así que lo mismo pienso de mi país. Soy español porque me ha tocado serlo y estoy muy orgulloso de que así sea, así que estaré orgulloso de lo que hagan los jugadores que me representan, siempre que sea digno. Esto no significa que sea un facha, y no creo que simplemente por ser español sea mejor que nadie, pero en España hemos dejado que ciertos grupos se apoderen de los símbolos de todos, hemos dejado que sólo los muy nacionalistas usen nuestra bandera, una bandera que nos representa a todos. Yo lo veo como si en Semana Santa diera vergüenza salir con capirotes blancos sólo porque el Ku Klux Klan los use. Que alguien use un símbolo con un mal fin no invalida el símbolo. Los nazis usan la esvástica desde 1920, pero copiando un símbolo hindú con algunos miles de años de antigüedad.
Yo soy español como podría ser checo, y si fuera checo también estaría orgulloso de serlo. Volviendo al ejemplo de la familia, ser de una familia no significa creer que somos mejores que el resto de familias ni tener que odiarlas, así que ser de un país no tiene que significar odiar a los de otros. Igual que nos afecta más una desgracia en nuestro pueblo que una en un pueblo de china, igual que nos hace ilusión ver a alguien de nuestra región en un lugar a miles de kilómetros, igual que nos sentimos más unidos a nuestro barrio que a otro que está cruzando la ciudad, ser de un país es simplemente tener más cosas en común con un paisano que con los demás por haber compartido historia, cultura, lengua y tradición, pero ya está, nada de odios ni rencores hacia nadie, y el que tenga odios y rencores hacia los nacidos en otros lugares, será un indeseable además de un insensato, porque si conociera un poco nuestra historia vería que pocas cosas son fijas, y los españoles estamos fabricados con la mezcla de gentes llegadas de todas partes, y será cada vez más así. Yo soy de los que piensan que en este mundo debemos estar cada vez más unidos, que las barreras entre las naciones serán o deberán ser cada vez menores, y que está bien que así sea, porque creo que la colaboración siempre es mejor que el enfrentamiento, aunque sea muy fácil decirlo y muy difícil conseguirlo. El enfrentamiento lo dejamos para el deporte como en este caso el fútbol y la Copa del Mundo, donde que no es malo competir por ganar y al día siguiente seguir todos como amigos. ¿Cómo es compatible estar orgulloso de ser español y a la vez esperar un mundo en el que las nacionalidades tengan cada vez menos peso? Pues porque se pueden mantener la cultura y la identidad sin necesidad de estar encerrados tras nuestras fronteras, y porque seremos mejores cruzando las fronteras de los demás y aprendiendo de ellos.
¿Estar orgulloso de ser español y alegrarse cuando gana la selección significa aceptar que todo va bien? No. Yo estoy orgulloso de serlo pero soy muy crítico con mi país porque veo que la educación y la sanidad públicas están cada vez peor, por ejemplo, o que la corrupción aparece allá dónde mires. Salir con la camiseta o la bandera de España no significa estar orgulloso de todo lo que pasa en España, significa estar orgulloso de una parte y luchar por cambiar lo que está mal. Y no hablo de fútbol, hablo de la parte que trabaja y se esfuerza, de la que se levanta temprano y se acuesta tarde, de la que va por el mundo vendiendo nuestros productos o nuestro trabajo. Aquí el fútbol es un símbolo como lo es la bandera.
Una bandera es un trapo, pero que sirve para identificar a todos los que son iguales en algo, y estos días algunos españoles van a llevar un trapo que nos identifica a todos y que esperemos ondee muy alto hasta el próximo trece de julio. Pero una bandera no puede significar exclusión y sólo debería ser correcto usarla en contra de los que tienen una bandera distinta en términos deportivos. El fútbol no es lo más importante para un país, ni lo segundo, ni lo tercero, ni lo cuarto, ni ... ¡qué se yo!. Pero el fútbol da alegría a la gente, y todo lo que sea alegría, bien venido sea.
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