Vestido de ochenta euros, pamela de veinte, pulsera de quince, reloj de noventa, bolso de treinta, medias de diez y zapatos de tacón de treinta y cinco. Treinta más de peluquería y maquillaje, y a la calle camino de la boda con pinta de querer salir en el HOLA. Quince minutos de camino hasta la iglesia, ceremonia de cuarenta y cinco y diez de espera a los novios en la puerta son suficientes para decir "hasta aquí hemos llegado", quitarse los zapatos y descalza enganchar las medias con la acera. Con una carrera hasta la pantorrilla y los zapatos en la mano contraria al bolso, echa cuentas y comprueba que estuvo más tiempo buscando los zapatos de tacón que con ellos puestos. Total, "to pa ná".
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