Prohibido esto, prohibido lo otro. Tenemos tantas cosas prohibidas que a muchas no les hacemos ni caso, así que se preocupan en recordárnoslas. Entrar en un supermercado y encontrar tantos carteles de prohibido asusta un poco, porque uno piensa que seguro que va a hacer algo mal antes de salir, así que lo suyo es revisar bien los carteles para que nada se nos olvide. ¡Vaya! Lo único que no está prohibido aquí es pagar, para eso si te dan facilidades...
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