Cuando recordamos nuestra niñez lo hacemos casi siempre con nostalgia, aunque en la mayoría de los casos teníamos muchas menos comodidades entonces que ahora. Caemos fácilmente en el tópico de "cualquier tiempo pasado fue mejor", pero es normal que lo hagamos. De niños no sabíamos lo que era trabajar, pagar facturas ni impuestos, y en nuestra vida solo importaba bajar cuanto antes a la calle a jugar. De adultos todo eso nos queda lejos, pero vemos a los niños de ahora jugar e intentamos compararlos con el niño que fuimos nosotros. Pensamos que los niños de ahora lo tienen todo y que aun así no se divierten como nosotros, pero supongo que pensamos asi porque es mas divertido ser un niño que juega que ver a un niño jugar. Nuestros padres pensarían lo mismo cuando se comparaban con nosotros, y nuestros abuelos con nuestros padres, y es que cada generación que se aleja de la niñez la mira con la misma nostalgia.
Sentado en un banco del parque veo los árboles cuidados, el césped recortado, la zona de juegos de los niños con el suelo acolchado, toboganes que parecen castillos y columpios de colores. Escucho a unos pocos niños corretear bajo la mirada atenta de sus padres, y pienso en que la verdadera pena es que muchos de los niños no están en este parque tan bonito jugando con otros niños, si no en su casa jugando solos, y eso no es tan divertido. Pero eso no es culpa de que no sepan divertirse, es culpa de sus padres que han olvidado su niñez. Y luego nos quejaremos todos de que los niños de hoy solo juegan con maquinitas, cuando en muchos casos no les hemos dado otra opción.
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