A veces hay tantas piedras en el camino que es complicado encontrar el propio camino entre tanta piedra. La senda se va complicando según avanzamos y como no andemos atentos podemos pasar de sortear obstáculos a caminar sobre ellos. Los romanos fueron muy listos cuando tuvieron este problema y comenzaron a agrupar y amontonar todas las piedras que se encontraban y las aprovecharon para hacer calzadas, y eso fue mas que cualquier otra cosa lo que extendió su Imperio hasta las lejanas tierras de Lusitania o Britania. Calzadas que siguen hoy en pie, o mejor dicho tumbadas, pero que se pueden seguir utilizando. Caminos para salvar obstáculos construidos con los obstáculos ya salvados. No hay mejor metáfora para afrontar los problemas que ésta, así que cuando no sepamos decidir el color de la camisa imaginemos qué haría un romano en nuestro lugar.
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