jueves, 30 de enero de 2014

Sol y Nieve 12/01/14

El agua tiene una cosa muy curiosa, y es que cuando se enfría por debajo de cero grados centígrados se pone blanca y sólida. Es algo que todos sabemos desde que somos niños y solemos llamarla hielo o nieve, dependiendo de si la echemos en el refresco o queramos arrastrar el culo por ella. Es una de las cosas positivas que tienen las lluvias, que crean paisajes maravillosos que podemos observar cuando se marchan las nubes. Cuando pensamos en nieve no imaginamos poder encontrarla en Málaga, pero suele aparecer más de una vez cada invierno. No vamos a encontrar playas nevadas pero si es fácil ver picos nevados desde la playa mientras paseamos en mangas de camisa. Si desde Málaga miramos hacia el Este vemos la Sierra de Tejeda y si miramos hacia el Suroeste la Sierra de las Nieves, que tiene un nombre bastante bien buscado.  La nieve suele durar poco tiempo porque el Sol calienta rápido, pero cada vez que se juntan un par de días de lluvias por estas fechas solemos encontrar de nuevo las montañas blancas sobre la bahía. Son sierras bastante bonitas de visitar, con pueblos blancos agarrados a sus laderas y bosques más propios de regiones más al Norte, y son además una alternativa muy recomendable para todos los que quieren visitar la Costa del Sol pero están un poco cansados de playa y de arena. Es sorprendente, pero la Costa del Sol está tan pegada a la Sierra de las Nieves que se puede comer en manga corta en la playa, y merendar con abrigo en la nieve.


P.D.: Merece la pena pinchar en la foto para verla en grande.


La lluvia y la madre que... 11/01/14

No estamos acostumbrados a la lluvia y no estamos preparados para ella. Nos llueve dos días seguidos y se nos moja hasta el carácter a parte de otras muchas cosas. Salimos de casa con el abrigo puesto, el paraguas en una mano, y en la otra todo lo que solemos llevar normalmente en las dos: bolso, carpeta, llaves del coche y de casa, teléfono... vamos metiendo lo que podemos en los bolsillos que podemos y al llegar al coche sacamos las cosas de los bolsillos del abrigo, nos quitamos el mismo para no mojar el coche y no pasar calor, cerramos el paraguas y al guardarlo en el coche lo terminamos empapando todo. Siempre hay algo que no encontramos y no sabemos en qué bolsillo está y empezamos a desesperarnos. Al llegar a donde sea que vayamos la operación contraria: ponernos el abrigo dentro del vehículo con la incomodidad que supone, o ponérnoslo fuera con riesgo de mojarnos; sacar el paraguas por delante, volver a coger los trastos y repartirlos por los bolsillos mientras agarramos el paraguas con el cuello y comprobar que las llaves del coche siguen puestas. En fin, toda una odisea, y todavía no se nos ha caído nada al río que baja por la calle provocado por las alcantarillas sin limpiar, sólo hemos metido los pies hasta los tobillos. Al menos seguimos teniendo el paraguas que sin duda olvidaremos al salir de donde sea que hayamos ido, porque en ese rato ha dejado de llover, y no lo volveremos a echar de menos hasta que estemos en la puerta de casa y tengamos que salir del coche a pelo, porque ha vuelto a llover y está apretando más que nunca. En ese momento es cuando pensamos: "La lluvia vendrá muy bien para el campo, pero ya podía llover mientras estamos dormidos".

miércoles, 29 de enero de 2014

Agua en los zapatos 10/01/14

La lluvia cae hace horas desde un cielo tan bajo que casi se pueden tocar las nubes, unas nubes que se enganchan al pasar por las chimeneas más altas. El agua que cae provoca un continuo y sordo sonido al estrellarse sobre la que está acumulada en la piscina, que lleva meses sin recibir más visitas que la del jardinero, y acumula muchas más cosas a parte de agua. Sólo se oye el agua caer,  golpeando también los toldos sobre las ventanas, las tejas sobre las casas y los paraguas sobre las personas. Llueve y los vecinos pasan en silencio junto a la piscina sin mirarla si quiera, como no queriendo pensar en los meses de verano pasados ni por llegar, y es que los pantalones y los zapatos calados ahuyentan rápido cualquier recuerdo que huela a verano.  Sólo los niños disfrutan hoy al notar los pies arrugados dentro de las botas de goma. El agua en agosto relaja los músculos y en enero los contrae, y hoy todo el mundo se aprieta contra si mismo huyendo de la lluvia. El día parece avanzar sólo en el reloj, porque las nubes amortiguan la luz del sol de tal forma que no se sabe dónde está. Es un día gris como no estamos acostumbrados, monótono y triste, un día en el que echar de menos la piscina, igual que sin duda nos echa de menos ella.

martes, 28 de enero de 2014

Arturo se pondría las botas 09/01/14

Mi escritor favorito es Arturo Pérez-Reverte. Lo conocí hará casi veinte años en los artículos que escribía para El Semanal y que yo leía con interés cada domingo, así que le llamo Arturo porque después de veinte años leyéndolo lo veo como a un amigo que admiro aunque sólo crea conocerlo. Al principio leía sus artículos sin prestar atención a quién los escribía, pero al darme cuenta de que al abrir la revista buscaba directamente su página me aprendí su nombre, que también empecé a reconocer en crónicas de las Guerras de los Balcanes. Tardé en leer sus libros porque lo que me gustaban eran sus artículos de opinión, que escribía y sigue escribiendo cabreado con un mundo que nos cabrea a todos, pero con una claridad que no le permite nunca estar dentro de lo políticamente correcto. Siempre me fascinó su vida esculpida a base de ver de cerca las miserias humanas, y comprobar lo fácil que es manipular a un pueblo enarbolando cualquier bandera común hasta convertirlo en un ejército que masacra. Las mismas guerras que él nos recuerda que podemos encontrar en los libros de Historia hace cien, doscientos o mil años, son las encontramos hoy y que seguiremos encontrando mañana. Veinte años viviendo esas guerras idénticas en diferentes caras de diferentes países hacen perder la fe en la Humanidad, y Arturo se empeña en demostrar que casi la ha perdido. Un día llegué a sus libros y no he dejado ninguno en la cuneta. Casi siempre protagonizados por un personaje común, alguien de vuelta de todo que vive alejado del trato con los demás, cansado de su vida pero dispuesto a seguir adelante con la excusa más insignificante. Siempre novelas que atrapan desde la primera frase. 

Pero donde Arturo se explaya es cada domingo en El Semanal. Creo que debe ser de las pocas cosas que siguen en el mismo sitio en esa revista después de veinte años, y que seguirá estando. Recuerdo sus quejas sobre las modas que cambian sin razón y sin piedad. Del día que tienes que ir a comprar unos vaqueros y encuentras que este año son todos de pitillo, o de pata de elefante, o de campana, o desgastados, o rotos, o vete tu a saber cómo son según se le hayan antojado a los señores que marcan tendencia, y te encuentras con el problema de querer una camisa lisa, de cuello normal, pero este año sólo las hay de cuadros y con cuellos enormes y tres botones por cada lado. Recuerdo sus quejas cuando cada temporada entro en una tienda y veo que nos vuelven a vender la moto y les compramos hasta el casco. Este año para las señoras se llevan las botas y me he dado cuenta hasta yo que no las uso. Si lo viera Arturo ya le estaría goteando el colmillo, porque como él dice: "hay días que me dan la página escrita".

lunes, 27 de enero de 2014

Unos vienen, otros se van 08/01/14

Los teléfonos móviles son los aparatos que más han cambiado nuestra vida en los últimos cinco o seis años, porque nosotros los hemos cambiado a ellos para que nos ayuden. Lo de "nosotros"es una forma de hablar y de atribuirme el mérito de las empresas de electrónica, porque yo he hecho más bien poco. Desde hoy cuento con un nuevo amigo con el que trabajar, y es que yo trabajo mucho con el teléfono. Con él hago decenas de fotos todos los días, reviso y contesto al correo electrónico, escribo el blog, escucho la radio o mi música, mantengo al día las redes sociales, escaneo documentación, busco información de cualquier cosa y a veces hasta hablo con otras personas a través de él. Mientras, él me guía por el mundo con sus mapas, me despierta por las mañanas y no olvida nada de mi agenda. Hoy despido a mi anterior compañero de fatigas que me ha acompañado los últimos dos años y medio. Todavía está nuevo, pero ya no aguanta mi ritmo. Las aplicaciones que usamos en los teléfonos requieren cada vez más memoria y más recursos, y éste ya esta renqueante. Se queda bloqueado, deja de funcionar cuando le parece, se apaga solo y cuando se enciende ha vaciado la batería. La tecnología avanza tan rápido que para estar actualizados hay que cambiar estos chismes más rápido de lo que se merecen. Si tu teléfono tiene dos años, te has acostumbrado a depender de él y le sacas de verdad partido con una decena de aplicaciones que facilitan de verdad tu vida, posiblemente su vida contigo esté terminando. Lo dejo en herencia porque se que todavía le queda mucha vida, aunque ya no sea conmigo. Guardaré una foto de los tres: el que viene, el que se va y el que se queda. 

Gafas de madera 07/01/14

Ponerse las "gafas de madera" es una expresión que se utiliza para expresar que se quiere cerrar los ojos ante algo que pasa por delante de uno. A través de unas gafas de madera no se puede ver, o no se podía, porque ahora se han empezado a vender gafas con montura de madera y cristales normales. Yo las vi por primera vez en un escaparate en Amsterdam el pasado junio, aunque no se si existirían antes para mi empezaron a existir ese día, y desde entonces las veo cada vez más. Han aparecido dentro de la moda de alejarse de lo artificial y volver a lo natural, a las raíces, y la madera es una forma de estar en contacto directo con la naturaleza. Esa es la explicación bonita, pero lo que yo creo es que como cualquier moda surge del hecho de querer ser diferente, y las gafas de madera son muy distintas a todo lo que usábamos hasta ahora. No se si están teniendo mucho éxito porque las veo en muchos escaparates pero aún no las he visto en ninguna cara, y ya sabemos que no todo lo que está en venta se termina vendiendo. Volviendo a la expresión inicial, quizás sus inventores las diseñaron con la idea de que el que las lleve pueda cerrar los ojos a todo lo que le rodea y no le interese ver, y como estamos acostumbrados a hacer eso sin la necesidad de gafas de madera, la gente las compra poco. O a lo mejor es que preferimos tener los ojos bien abiertos y fijarnos en todo lo que pasa a nuestro lado, así que no queremos gafas de madera. O puede que necesitemos ver primero a alguien con ellas que nos parezca moderno y diferente para imitarlo y siendo iguales a él, querer sentirnos diferentes.


viernes, 24 de enero de 2014

Los Reyes Magos 06/01/14

En mi casa somos de los Reyes Magos. Confiamos en ellos porque nunca en nuestra vida nos han fallado, así que seguiremos contando con ellos para que nos traigan ilusión cada seis de enero. Nunca nos han fallado aunque nosotros a ellos sí, un año, y aun así volvieron a realizar su trabajo con profesionalidad el año siguiente, sin ni si quiere recordarnos nuestra traición. Es muy difícil luchar contra las tendencias, y ya es imposible luchar contra Papá Noel. Viene acompañado de una gran campaña en su favor, llenando telediarios, espacios publicitarios, películas... Cada vez hay más gente que le escribe a él en vez de a los Reyes, y es muy complicado para un niño resistir la tentación de pedir los regalos a alguien que los trae dos semanas antes. Así son los anglosajones, con una buena campaña publicitaria y mejorando los tiempos de entrega están reventando el mercado de la ilusión navideña. El año que traicionamos a los Reyes mi hermano y yo queríamos una videoconsola, y se la quisimos pedir a Papá Noel para poder disfrutarla durante las Navidades, ya que el día de Reyes está demasiado cerca de la vuelta a clase. Le escribimos a él y puntualmente nos trajo lo que le pedimos. Pasamos dos semanas disfrutando de la videoconsola hasta que llegó el día seis de enero. Sabíamos que no íbamos a encontrar nada porque no habíamos pedido nada más. Así y todo los Magos de Oriente dejaron algún detalle para nosotros, pero fue uno de los días más tristes que recuerdo, simplemente porque no tenía la ilusión de encontrar nada junto a mis zapatillas. Jamás volvimos a caer en el mismo error y siempre hemos preferido aguantar los nervios y la ilusión dos semanas más, y esa última noche sigue siendo mágica. 

Hoy los niños no tienen que esperar a un día como este para tener los juguetes que piden, se le compran en cualquier momento y tienen las habitaciones llenas de ellos, pero lo que hace este día tan especial es la ilusión de la espera y la increíble historia de tres Reyes Magos que vienen de Oriente con sus camellos cargados de regalos para nosotros. Esa ilusión se ve en la cara de los niños al abrir sus regalos hoy, aunque estén acostumbrados a tenerlo todo. Y la historia es mucho mejor que la de un señor de rojo en un trineo tirado por renos, por muchas películas que intenten convencernos de lo contrario.


Lotería e impuestos 05/01/14

El gobierno hace años que popularizó esa frase de: "Hacienda somos todos", que pronto tuvo una acertada continuación popular con: "pero unos más que otros". Efectivamente Hacienda somos todos y lo que recauda el Estado va en beneficio de todos, a fin de mantener hospitales, colegios, carreteras y demás, pero cada día nos damos cuenta de que los impuestos son cada vez más altos y no van acompañados de una mejora en las prestaciones que tenemos. Tenemos la idea de que los que nos gobiernan no gestionan del todo bien los impuestos que pagamos, mientras ellos se empeñan en convencernos de lo contrario: obras que cuestan el doble de lo presupuestado, decenas de asesores para cada cargo político importante, contratos adjudicados a dedo, leyes que son beneficiosas para gente cercana a quien dicta dichas leyes, grandes empresas con inmensos beneficios que casi no pagan impuestos, pequeños empresarios o trabajadores perseguidos por pequeñas cantidades... También intentan convencernos de que es bueno que todo esté sometido a impuestos, crean leyes que lo respalden y terminamos viendo como normal que unos hijos tengan que pagar por heredar la casa de sus padres. La voracidad recaudatoria del Estado no tiene límites, y pobre del paisano que tenga la mala idea de sortear un chivo, vengan a verlo los de la tele y termine perseguido por un inspector de Hacienda en busca de su correspondiente tanto por cierto. Otro caso particularmente sangrante es el de la Lotería Nacional, que tradicionalmente estaba exenta de impuestos y sólo había que pagar por los beneficios que generaba en los años posteriores. Hay que empezar recordando que cualquier lotería es un impuesto voluntario, ya que el 45% o 50% de la recaudación se lo queda directamente el Estado y el resto va a premios. Desde el año pasado los premios de más de 2.500€ además pagan un 20% de impuestos, así que estamos ante un caso de robo a mano armada directamente, pero ahí es cuando aparece el Estado y nos recuerda que lo hace en beneficio de todos. Espero que un sorteo que premia con un chivo, cinco litros de vino casero y una liebre no merezca la atención de Hacienda, pero al paso que vamos pronto vendrán buscando su parte. Y seguro que encima se llevan el vino.

P.D: La imagen llega al buzón de sugerencias enviada por mi hermano Alberto.


jueves, 23 de enero de 2014

Mañana en el museo 04/01/14

Es una mañana agradable en Mijas. Un autobús descarga una excursión de pacientes turistas japoneses junto al Ayuntamiento. Las pocas nubes no llegan a tapar suficientemente el sol, y las japonesas bajan con unas viseras enormes en sus cabezas que impiden que se pongan morenas. Es enero, pero en enero y con sol la temperatura llega a veinte grados, y el calor se nota en la piel. Los japoneses se unen a un grupo de rusos en pantalón corto y zapatos de piel de rejilla. Los rusos no tienen miedo de ponerse morenos y enseñan cacha. Algunos llevan camisas hawaianas que pegan poco en Mijas, como pegaría poco cualquier cosa que nosotros decidiéramos ponernos en enero en Moscú. Se arremolinan junto a los famosos y turísticos burro-taxi, que ya trabajan más haciéndose fotos que paseando turistas, pero siguen atrayendo la curiosidad de los visitantes. Los japoneses van acercándose sin hacer ruido y sin hablar, formando grupos que van adentrándose entre los rusos a base de codos. Están acostumbrados a ganarse un hueco entre los demás, en un metro atestado camino del trabajo, por ejemplo. Los grandes rusos hacen fotos con pequeños Iphones mientras que los pequeños japos disparan con réflex que pesan casi dos kilos entre cámara y óptica. Dejan tranquilos a los burros y se van acercando al mirador, desde el que se divisa toda la línea de la costa llena de edificios. El ambiente se mantiene casi como en un museo, y el silencio sólo se rompe por las explicaciones que dan los guías a las preguntas de los turistas. Es una mañana agradable en Mijas, como la de ayer o como la de mañana. El tiempo parece avanzar poco entre las calles encaladas que bajan o suben por la sierra. Los turistas van subiendo a sus autobuses como llegaron, han alterado poco la tranquilidad de un pueblo que hoy es el museo que parece ser. Los lugares turísticos son así, los turistas los convertimos en museos.



La luz y los impuestos 03/01/14

La electricidad es cada vez más cara, lo que más o menos podría ser normal ya que casi todo es cada vez más caro, pero en este caso hay muchas cuentas que no cuadran. Nosotros nos dedicamos a pagarla y a quejarnos cuando sube, porque pocos entienden como funciona el sistema mediante el que se calcula el precio de la luz. Las distribuidoras nos dicen que cada día es más cara porque se han instalado muchas placas solares y aerogeneradores subvencionados, y que tenemos que pagar esas subvenciones, además que su fabricación es cara en comparación de la energía que producen. Miramos a los productores de energías renovables con el odio de pensar que se están haciendo ricos y ellos nos dicen que no, que las cosas no son así, que las centrales nucleares también están subvencionadas y que todavía estamos pagando su construcción. Entonces, los que podíamos pensar que la energía nuclear era al menos barata, aunque tuviera el pequeño inconveniente de su inseguridad miramos a los propietarios de centrales nucleares con miedo y extrañeza. Ellos nos dicen que no nos equivoquemos, que es una energía barata y segura, y que los residuos son poco importantes porque se entierran y punto. También nos dicen que lo inconcebible es que sigamos generando electricidad en el siglo XXI quemando carbón, y nos llevamos las manos a la cabeza cuando nos enteramos de eso, y que además el carbón también está subvencionado o no sería rentable, así que miramos a las minas de carbón pensando si no es más barato jubilar a todos los mineros y cerrarlas en vez de seguir pagando subvenciones por quemar carbón. Ahí es cuando aparece el PSOE y nos dice que parte de lo que estamos pagando en nuestra factura de hoy es lo que el PP de Aznar obligó a retrasar, porque estaba mal visto entonces que subiera la luz, así que ya no podemos abrir más los ojos al pensar que hoy estamos pagando lo que no subió entonces, los intereses, y lo que sube hoy. El PP se defiende y dice que fue el PSOE de Zapatero el que fomentó la instalación de plantas de energía renovable en un momento que eran caras y poco eficientes, pagando a los productores el triple de lo que costaba. Los que nos dedicamos a pagar el recibo y quejarnos, ya no sabemos a quién quejarnos, porque vemos que todos se están riendo de nosotros y porque vemos que en el recibo de luz no sólo pagamos la luz, pagamos tener contenta a mucha gente. Y cuando hemos decidido poner una pequeña placa solar en casa para tener algo de libertar, decide el gobierno que el Sol es de todos pero de unos más que otros, y que si queremos usarlo le paguemos su parte a Hacienda. Ya hablaremos de Hacienda.


Ser y parecer 02/01/14

Está de moda hacer deporte. Es una buena noticia porque el deporte es salud, a no ser que te lesiones. Está de moda hacer deporte y está de moda lesionarse, porque empezamos a hacer de golpe un deporte para el que no estamos preparados, cuando además llevamos años sin movernos del sofá. Nuestras piernas saben que no son las de Indurain pero no tienen forma de decírnoslo, así que nosotros, que pensamos que somos Miguelón desde el primer día, nos empeñamos en aprenderlo a golpes. La calle está llena de ciclistas profesionales, el campo está lleno de montañeros, los gimnasios llenos de atletas y los lugares turísticos llenos de Coroneles Tapioca. El día que salimos por primera vez con la bici no queremos parecer domingueros ni principiantes, así que lo primero que hacemos es ir a una tienda de deportes para comprarnos el equipo completo, pulsímetro incluido. Menos mal que existe Decathlon y el equipo sale por la mitad. Vas a pasear por el campo y encuentras lo mismo, a caminantes con mochila y bastones aunque estén a dos kilómetros de casa, y no se dan cuenta de que así sí que parecen domingueros. Queremos parecer lo que no somos, y lo primero que hacemos es cambiar nuestra apariencia, cuando por esa apariencia se ve de lejos que no somos lo que aparentamos ser. Cuando vas de viaje encuentras el equivalente: el valeroso explorador con chaleco y pantalones de bolsillos y botas de montaña. Se reconocen bien porque parece que estén navegando por el Amazonas aunque estén en un barco turístico del Guadalquivir. Como digo, no hay como querer parecer lo que no somos, para que los demás se den cuenta tanto de lo que somos como de lo que queremos parecer.


martes, 21 de enero de 2014

Proyectos de año nuevo 01/01/14

Empieza el año y todos empezamos a felicitarnos por ello unos a otros. Hay quien sólo felicita el año hoy y mañana, y hay quien te encuentras en semana santa y si no te ha visto desde el año anterior todavía te felicita. Como dijo el torero: "Hay gente pa tó". También es el momento en el que muchos se prometen hacer las cosas que no han conseguido años anteriores, aunque años anteriores también se las habían prometido, y es que como dijo el torero: "Hay gente pa tó". Las promesas más comunes suelen ser: estudiar más si eres estudiante; aprender inglés si quieres mejorar en el trabajo; hacer deporte si el trabajo te tiene muchas horas sentado; adelgazar si los turrones han terminado por colmar tu barriga por encima del cinturón y dejar de fumar si el tabaco está vaciando tu cartera al ritmo que tu rellenas las camisas. Como dijo el torero: "ca uno es ca uno". Empezamos haciéndonos grandes promesas y pronto las vamos reduciendo: "Ya empezaré a correr cuando pase el frío", "dejaré de fumar después de reyes", "el curso de inglés lo cojo a medias"y cosas así. Nos damos cuenta de que los proyectos son muy bonitos sobre plano, pero que lo difícil es llevarlos a la realidad, porque van acompañados de cosas inseparables a nosotros, que sólo vemos cuando los queremos llevar a cabo. Igual que en una plaza de aparcamiento dibujada con un bonito coche dibujado dentro queda que ni pintada, y cuando la vemos construida nos damos cuenta de que no hay forma de abrir las puertas. Cuando pensamos en nuestros proyectos y nos hacemos promesas con ellos, siempre olvidamos que tendremos que abrir las puertas: que para estudiar hay que vencer al aburrimiento, para correr hay que pasar frío, para dejar de comer , hambre y para dejar de fumar, nervios. Así que más nos vale darnos cuenta antes de apuntarnos a inglés, al gimnasio o a dieta, no sea que después de haber pagado el aparcamiento no tengamos como salir del coche.



lunes, 20 de enero de 2014

Las uvas de la suerte 31/12/13

Las tradiciones están para cumplirse, lo que pasa es que hay tradiciones que tienen miles de años y otras sólo un puñado de ellos y nos intentan convencer para seguirlas con más o menos acierto. Los pueblos crean tradiciones que les traigan beneficios, como tirarse vino, tomates o huevos. Hay pueblos en los que se celebra la Nochevieja doce horas antes, un día antes o seis meses antes, con la excusa de que un año se quedaron sin hacerlo porque se quedaron sin luz, y ya salen cada año en la televisión contando su historia y repitiendo el nombre del pueblo, invitando a que todos celebremos el fin de año dos veces, una en su pueblo y otra en nuestra casa.

 En España se comen doce uvas con las últimas doce campanadas del año según una tradición que dice que tendrás buena suerte si las comes a tiempo, aunque poca gente cree que realmente tendrá falta de suerte si no lo hace, pero las tradiciones están para cumplirse, y la mayoría se intentan comer las doce uvas. En mi casa se monta tal guirigay que pocos las comen a tiempo y yo ni si quiera lo intento, no habiendo notado hasta ahora falta de suerte en mi vida. No se comen a tiempo pero se compran.

Llevo escuchando todo el mes a diversos cargos políticos y agrupaciones de productores de mandarinas valencianas dando publicidad a que despidamos el año comiendo mandarinas, y como doce mandarinas son inviables lo han reducido a doce gajos. Es lógico, supongo que lo de comer las doce uvas empezaría de una forma semejante y mira dónde hemos llegado. Si suponemos que tres de cada cuatro españoles come uvas en Nochevieja, y creo que me quedo corto, podemos estimar que sólo ese día se consumen cuatrocientos veintitrés millones de uvas. Me parece un mercado muy suculento en el que querer entrar, y crear una nueva tradición es asegurarse unos buenos ingresos futuros. Creo que es cuestión de poco tiempo que aparezcan los pescadores de Huelva invitándonos a comer doce gambones, eso si, ya pelados, así que voy a adelantarme para recomendar que el próximo año los productores extremeños de jamón, que no tiene igual en el mundo, hagan una campaña en su favor, ya que comen mejor que doce gambones, y está más rico que uvas o mandarinas. Además, tendremos el resto del jamón para seguir comiendo durante enero. ¿Hay alguna suerte mejor que esa?


sábado, 18 de enero de 2014

Hágalo usted mismo 30/12/13

No se si soy muy especialito pero no me gusta que me atiendan en las tiendas. Cuando voy a comprar se lo que voy buscando y me gusta buscarlo por mi mismo, no necesito que me asesoren y prefiero pedir ayuda a los dependientes sólo en el caso de no encontrar lo que busco, aunque dedique más tiempo. Cuando voy de compras espero todo lo contrario a lo que exigía Richard Gere para Julia Roberts en Pretty Woman, atenciones. Los siento mucho por los vendedores, porque habiendo mucha gente como yo van a tener poco trabajo, así que espero que haya muchos Richards y Julias por el mundo que les necesiten para compensar mi rareza. Además, uno de los beneficios que espero al no necesitar ayuda es que mis compras salgan más baratas, porque yo hago parte del trabajo que deberían hacer en la tienda, así que me siento cómodo en IKEA cuando compro muebles baratos que busco, cargo, transporto y monto yo mismo; cuando voy a comer a un restaurante de comida rápida en el que el menú es más barato porque hago cola para pedir, espero de pie, recojo mi comida en una bandeja y tiro mis desechos a la basura; o cuando voy a un supermercado en el que recorro los pasillos empujando un carrito, repaso las estanterías buscando mi compra y hago cola para pagar y embolsar por mi mismo todo. Donde no me siento cómodo es en todas esas gasolineras de hoy en día en la que tienes que ir a la caja a pedir que te abran un surtidor, volver para llenar el depósito para luego ir a pagar de nuevo a la caja, porque los precios de la gasolina son los mismos que en las que están atendidas; tampoco en los supermercados en los que encuentro algunos productos a precios iguales o mayores que en tiendas pequeñas en las que te atienden amablemente. No me gusta que me atiendan, pero si me van a cobrar lo mismo que si me estuvieran atendiendo, prefiero ir a tiendas en las que contratan personal antes que ir a otras que obtengan beneficio de que yo trabaje para ellos, gratis.




martes, 14 de enero de 2014

Trabajos y dignidad 29/12/13

Me gusta hablar de las cosas que creo que han cambiado con el paso del tiempo, y una de las que me parece que ha cambiado bastante es la visión que tenemos sobre los trabajos, o mejor dicho sobre las profesiones. Con el avance de la sociedad hay profesiones que desaparecen, otras que se crean y algunas que se mantienen, con cambios o con muchos cambios, porque poco aguanta el paso del tiempo sin ellos. Me da la sensación de que antes había profesiones más dignas que otras mientras que ahora, aunque también pasa en algunos casos, tendemos a pensar más que todas las profesiones son dignas, y quien las mancha es el profesional cuando con su comportamiento es indigno. Las profesiones que tienen que ver con servir a los demás eran vistas como menos dignas, al igual que las que requerían mayor esfuerzo físico, pero los que nacían destinados a servir no tenían otra opción que hacerlo y quizá ese sea el motivo de que no parecieran decentes, porque los que nacían para ser servidos las veían así. Hoy por suerte todo el mundo en nuestro entorno tiene a su alcance una educación suficiente como para poder llegar a cualquier profesión, así que ya no nacemos encaminados a un futuro concreto, si no que lo podemos ir decidiendo, y con ello vemos como indecentes a las personas y no a sus ocupaciones.

Servir o limpiar en una casa antes podía parecer poco digno, porque suponía estar por debajo de otros, mientras que ahora es una mera relación laboral en la que el contratado hace el trabajo que el contratante no quiere o no puede, y por su puesto es mucho más decente que un gran banquero que engaña a sus clientes con productos inventados o un político que se aprovecha de su posición de privilegio. Ser médico siempre ha sido una profesión más que digna, respetada, igual que ser arquitecto. Ser cocinero, por ejemplo, es un caso especial, ya que antes eran simples trabajadores serviles entre los que sólo destacaban unos pocos y ahora se han convertido en artistas que muchos niños quieren imitar. También hay banqueros y políticos honrados, al igual que hay limpiadores y arquitectos que no lo son, y es a eso a lo que voy, a que ahora vemos que si una persona no es honesta, no lo será nunca, da igual que decida ser empresario o empleado, político o basurero.

Hacía muchos años que no veía un limpiabotas y me ha hecho mucha ilusión. No creo que ningún niño sueñe con ser limpiabotas pero dadas las circunstancias actuales no lo veo peor profesión que cualquier otra, sinceramente. Más digna que muchas, con libertad de movimientos, posibilidades de conocer a mucha gente y charlar con ellos. Lo único que falta para que empiece a haber más es que volvamos a comprar zapatos de piel y dejemos los de plástico... Pensándolo mejor, ser limpiabotas no tiene mucho futuro. Guardaré la foto porque quién sabe cuando volveré a ver otro.



lunes, 13 de enero de 2014

El día de los culpables 28/12/13

Un veintiocho de diciembre hace frío en Badajoz. Al amanecer, la misteriosa niebla que moja los huesos parece más propia de una historia de Sherlock Holmes ambientada en las calles de Londres, pero seguramente el Guadiana, la vega que riega y los pantanos que llena produzca más niebla que el Támesis. Pero el Sol premia pronto a los valientes que deciden salir de casa, y hoy va a haber muchos valientes en la calle y en los bares. El veintiocho de diciembre es el día de los inocentes, pero ya pocos se acuerdan de eso, ni si quiera el periódico HOY escribe ya la tradicional noticia falsa. Hoy es día de cumpleaños importantes y de reuniones de amigos, de salir con el abrigo y la bufanda y volver mañana sin ellos. Es día de comer sin conocimiento y de beber intentando no perderlo, de bailes arrítmicos y abrazos que saltan los botones de la camisa, de pantalones pringados y zapatillas sucias. Hoy es día de reír con los recuerdos y de crear otros nuevos para futuras risas en futuros veintiochos de diciembre. Y es que los recuerdos combaten el frío mejor que los guantes de lana. 

La tarde cae pronto como es propio de un Sol que tiene prisas por terminar el año, pero los amigos hoy no están para darse cuenta de que ya anochece y de que sobre el Guadiana se vive un momento mágico. El frío de diciembre oscurece el azul del cielo y el Sol calienta el horizonte tiñendo de rojo Portugal. Las escasas lluvias de este otoño mantienen las aguas del río tranquilas, bajando lentamente hasta la frontera sin hacer ruido. Una postal que pocos esperan.

Hoy es el día de los culpables. Culpables de disfrutar como si no hubiera mañana. Culpables de buscar cada año el atardecer sobre el Guadiana para después querer verlo desde los bares. Culpables de perder la bufanda y la vergüenza. Culpables de tener que abrir un agujero más en el cinturón y querer cerrar el del bolsillo. Culpables de desayunar café y tostadas sin haber dormido y con el pelo mojado por la nueva niebla. Por todas esas cosas y muchas más, el veintiocho de diciembre no puede ser el día de los inocentes. Quién quiera comprobarlo le guardaremos un hueco el año que viene. Que traiga unos calcetines gordos y la cartera llena.


P.D.: Este año yo no he podido ser uno de los culpables, y mi amiga Samanta me manda esta foto que ayuda a consolarme.

sábado, 11 de enero de 2014

Reciclar con vistas al mar 27/12/13

Hay ayuntamientos que ya no saben qué hacer para convencernos de que reciclemos. Al menos algunos se han convencido de que hacernos sentir mal no es el camino correcto, y que siempre es mejor la zanahoria que el palo. Los ciudadanos nos hemos cansado de escuchar que vamos a acabar con el mundo antes de dejarlo en herencia a nuestros hijos por el mero hecho de no saber si el cartón de leche va al contenedor de envases o al de papel, y hemos dejado de salir con la bolsa de basura como si fuera una bolsa llena de dinero negro, mirando a escondidas por las esquinas y a la espera de que la policía nos detuviera por dejar nuestros desechos mal distribuidos en los contenedores de colores. Como es más agradable tener vistas al mar que a una puerta de barrotes, en Mijas han decidido poner los contenedores mirando al Mediterráneo, no se si para quitarnos el miedo a entrar en la cárcel o para compensar a los pobres contenedores por tenerlos siempre llenos de basura. Es más agradable separar la basura en casa si pensamos que la recompensa va a ser reciclar con vistas al mar, aunque haya que ir hasta Mijas para hacerlo.


Un cepo de ladrillo 26/12/13

Michael llegó a España en mitad de la fiesta y se unió a ella. ¿Quién iba a quedarse en la puerta viendo cómo los demás se divertían pudiendo entrar y ser uno más?. Encontró una vida en la que podía disfrutar de casi todo lo que ya tenía en Inglaterra: amigos ingleses, bares ingleses en los que ver fútbol y rugby, comida inglesa y campos de golf. A todo eso le pudo sumar pantalón corto casi todo el año, cerveza barata, oportunidades de negocio que jamás habría imaginado y poder usar por fin unas gafas de sol. Llegó y compró una casa, porque todavía eran baratas, y como sabía algo de español muchos compatriotas le llamaban cuando iban a comprar la suya, así que al poco había abierto una inmobiliaria. En realidad su inmobiliaria era un teléfono móvil y muchos papeles junto al ordenador de casa, y como muchos de los ingleses que llegaban confiaban antes en otro inglés que en un español, pronto le sobraron clientes. Es lógico, cualquiera confiaríamos antes en un paisano, y los españoles tenemos fama merecida de cobrar a los extranjeros más de la cuenta, así que Mike, al que así llamaban sus clientes y amigos, aprovecho la confianza y empezó a cobrar comisiones bestiales, porque en cuestiones de dinero los ingleses son más españoles que nosotros. Nada de un tres o un cinco por ciento. Hablo de que un comprador pagaba 450.000€ mientras que el vendedor sólo recibía 350.000€.  Sólo necesitaba vender un par de casas al año y el resto del tiempo disfrutar. Mike ganó mucho dinero que se bebió en vasos de pinta y sobre todo en levantar la casa de sus sueños. Compró un terreno de olivos, caballos a los que dar de comer y desmontó una casa de trescientos años en Inglaterra para montarla ladrillo a ladrillo en Málaga. Cayó en el mismo error que todos, porque cuando los precios subieron tanto que los bancos no tenían más dinero que prestarnos dejó de tener clientes, dejó de tener caballos y dejó sus olivos morir alrededor de unos ladrillos ingleses que todavía no habían terminado de formar una casa española. Huyó con más deudas de las que cabían en su calculadora y dejó atrás todo lo que no cabía en el maletero de su Range Rover o no iba a volver a usar. Sus pantalones cortos y sus gafas de sol se quedaron agarradas a España como su segundo coche en un aparcamiento cualquiera. Escapó de la fiesta por la puerta de emergencia y todavía le están buscando.


jueves, 9 de enero de 2014

Dar luz 25/12/13

Mucha gente dice que un parto es una experiencia inolvidable, un momento maravilloso, emocionante y fantástico, casi una experiencia religiosa, pero no es del todo así. Sí que es inolvidable y emocionante, pero un parto también es muy cansado, doloroso y en muchos momentos desagradable y traumático. Está rodeado de personas que hacen todo lo que está en su mano para que sea lo más rápido, menos doloroso y con mejor resultado posible, pero no dejan de ser desconocidos que incomodan la intimidad de una mujer. El entorno está lleno de material quirúrgico, máquinas y aparatos más desconocidos aún que las personas que lo asisten y es fácil ver miedo en la cara de la madre y en los ojos del padre, si es que está presente. 

Cuando vas a ser padre todo el mundo te recomienda que no te lo pierdas, aduciendo que es maravilloso, pero después de serlo yo recomendaría a otros futuros padres que estuvieran por todo lo contrario, por la parte que no es maravillosa. No se cuanto tiempo hace que se permite, pero creo que es un gran acierto, y como digo, más que por la maravillosa experiencia de ver nacer a un hijo, creo que es necesario para acompañar a la madre, compartir su sufrimiento e intentar consolarlo, porque hay momentos muy duros en los que una madre no merece estar sólo en compañía de desconocidos. Ver a una mujer sentir dolor hasta que le flaquean las piernas, sueño que le cierra los ojos hasta que el dolor se los vuelve a abrir, hambre inhumana, miedo a que algo salga mal y sentir que no puedes hacer nada más que estar a su lado y al menos comprobar el gran esfuerzo que supone el parto. Creo que ninguna madre debería dar a luz sin la compañía de su marido. Después de tanto sufrimiento, tanto esfuerzo, tantos nervios y tanta incertidumbre se olvida todo en el momento de tener a tu hijo en brazos, cuando sí que empieza lo maravilloso y emocionante. Una inmensa sonrisa tapa la cara de dolor y una impresionante luz borra el miedo de los ojos. Una sonrisa y una luz que alumbran todo lo que se ponga por delante, dando luz en el momento de dar a luz. En ese momento entiendes muchas cosas que has vivido como hijo. Y como hijo, como padre y como esposo sientes un gran respeto y un gran agradecimiento por tu esposa, tu hija, tu madre y por todas las madres.

Según las cuentas oficiales hoy hace dos mil trece años que la Virgen María dio a luz a Jesús en un pesebre, al menos con la compañía de José que poco más pudo hacer que cualquier otro padre, así que me pareció perfecta esta imagen de una representación de aquella escena hecha con figuras de luz. Madres que dan luz. Nada más que decir.


viernes, 3 de enero de 2014

Nochebuena 24/12/13

Esta noche es Nochebuena y seguramente tendremos muchos invitados a nuestra mesa o seremos invitados de otras mesas, aunque hay unos invitados para los que la noche no será tan buena y ya se van imaginando la que les espera. Para ellos empezaron a correr rumores en las pescaderías, las carnicerías y los supermercados. Los rumores se volvieron ciertos cuando se vieron rebosando nuestras neveras y confirmaron su final cuando empezaron a ver encenderse hornos y fuegos. Una mala noche la tiene cualquiera, pero para los alimentos con los que vamos a celebrar hoy, una mala noche es suficiente. Bienvenidos a nuestra mesa, moriréis con honor.

Pero hoy seguro que faltará a nuestra mesa alguien que desearíamos que estuviera y para quién esta noche no será tan buena, y no me refiero a personas que están en otras mesas y con las que no podemos coincidir siempre, pues como ya escribí hace un par de días son muchas mesas a las que asistir y no podemos ir a todas a la vez. Me refiero a toda esa gente que tiene que trabajar hoy para que nuestro mundo siga funcionando y que seguro que en nuestra familia hay más de uno, como algún policía que estará pendiente de que todo esté en orden en nuestras calles, algún guardia civil que estará vigilando un camino en mitad de la nada, al personal sanitario que estará cuidando de que en los hospitales no se note que es fiesta o a algún enfermo que estará recuperándose en uno de esos hospitales con la compañía de un sólo familiar. Para ellos hoy no habrá gambas, ni jamón, ni lubina, ni redondo de ternera. Lo que si habrá será un hueco en nuestra mesa y en nuestro recuerdo, porque nuestra mesa nunca estará completa sin ellos. Mañana, o la semana que viene, o el mes que viene, o cuando sea, volveremos a celebrar con ellos lo que haga falta.