Me gusta hablar de las cosas que creo que han cambiado con el paso del tiempo, y una de las que me parece que ha cambiado bastante es la visión que tenemos sobre los trabajos, o mejor dicho sobre las profesiones. Con el avance de la sociedad hay profesiones que desaparecen, otras que se crean y algunas que se mantienen, con cambios o con muchos cambios, porque poco aguanta el paso del tiempo sin ellos. Me da la sensación de que antes había profesiones más dignas que otras mientras que ahora, aunque también pasa en algunos casos, tendemos a pensar más que todas las profesiones son dignas, y quien las mancha es el profesional cuando con su comportamiento es indigno. Las profesiones que tienen que ver con servir a los demás eran vistas como menos dignas, al igual que las que requerían mayor esfuerzo físico, pero los que nacían destinados a servir no tenían otra opción que hacerlo y quizá ese sea el motivo de que no parecieran decentes, porque los que nacían para ser servidos las veían así. Hoy por suerte todo el mundo en nuestro entorno tiene a su alcance una educación suficiente como para poder llegar a cualquier profesión, así que ya no nacemos encaminados a un futuro concreto, si no que lo podemos ir decidiendo, y con ello vemos como indecentes a las personas y no a sus ocupaciones.
Servir o limpiar en una casa antes podía parecer poco digno, porque suponía estar por debajo de otros, mientras que ahora es una mera relación laboral en la que el contratado hace el trabajo que el contratante no quiere o no puede, y por su puesto es mucho más decente que un gran banquero que engaña a sus clientes con productos inventados o un político que se aprovecha de su posición de privilegio. Ser médico siempre ha sido una profesión más que digna, respetada, igual que ser arquitecto. Ser cocinero, por ejemplo, es un caso especial, ya que antes eran simples trabajadores serviles entre los que sólo destacaban unos pocos y ahora se han convertido en artistas que muchos niños quieren imitar. También hay banqueros y políticos honrados, al igual que hay limpiadores y arquitectos que no lo son, y es a eso a lo que voy, a que ahora vemos que si una persona no es honesta, no lo será nunca, da igual que decida ser empresario o empleado, político o basurero.
Hacía muchos años que no veía un limpiabotas y me ha hecho mucha ilusión. No creo que ningún niño sueñe con ser limpiabotas pero dadas las circunstancias actuales no lo veo peor profesión que cualquier otra, sinceramente. Más digna que muchas, con libertad de movimientos, posibilidades de conocer a mucha gente y charlar con ellos. Lo único que falta para que empiece a haber más es que volvamos a comprar zapatos de piel y dejemos los de plástico... Pensándolo mejor, ser limpiabotas no tiene mucho futuro. Guardaré la foto porque quién sabe cuando volveré a ver otro.
Servir o limpiar en una casa antes podía parecer poco digno, porque suponía estar por debajo de otros, mientras que ahora es una mera relación laboral en la que el contratado hace el trabajo que el contratante no quiere o no puede, y por su puesto es mucho más decente que un gran banquero que engaña a sus clientes con productos inventados o un político que se aprovecha de su posición de privilegio. Ser médico siempre ha sido una profesión más que digna, respetada, igual que ser arquitecto. Ser cocinero, por ejemplo, es un caso especial, ya que antes eran simples trabajadores serviles entre los que sólo destacaban unos pocos y ahora se han convertido en artistas que muchos niños quieren imitar. También hay banqueros y políticos honrados, al igual que hay limpiadores y arquitectos que no lo son, y es a eso a lo que voy, a que ahora vemos que si una persona no es honesta, no lo será nunca, da igual que decida ser empresario o empleado, político o basurero.
Hacía muchos años que no veía un limpiabotas y me ha hecho mucha ilusión. No creo que ningún niño sueñe con ser limpiabotas pero dadas las circunstancias actuales no lo veo peor profesión que cualquier otra, sinceramente. Más digna que muchas, con libertad de movimientos, posibilidades de conocer a mucha gente y charlar con ellos. Lo único que falta para que empiece a haber más es que volvamos a comprar zapatos de piel y dejemos los de plástico... Pensándolo mejor, ser limpiabotas no tiene mucho futuro. Guardaré la foto porque quién sabe cuando volveré a ver otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario