A ras de suelo la vida es totalmente distinta. Tumbado sobre la hierba puedo ver de cerca los brotes verdes que llevamos años buscando. Son tan abundantes que casi me asustan. Hay todo un mundo aquí abajo que normalmente pisoteamos sin compasión. A ras de suelo descanso, secándome tras el refrescante chapuzón de la tarde, y todo es mucho mejor de lo que parecía hace un rato. Importan solo las cosas importantes. No estoy pendiente del teléfono, ni me acuerdo del correo, y no tengo cerca nada que se parezca a una preocupación. Miro sobre la hierba y encuentro los mismos ojos que me sonríen y la misma sonrisa que alegra mis dias desde hace ya nueve años. Tumbado a ras de suelo encuentro los motivos de la felicidad, los brotes verdes que todos esperamos, y que a lo mejor no buscamos en el lugar adecuado.
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