Una calle que suele bullir de actividad cualquier día de la semana a cualquier hora del día, se encontraba hoy desierta a las diez de la mañana. A esa hora suelen estar las cafeteras echando humo en los bares, las tiendas empiezan a despachar a los primeros clientes y las colas a formarse en los bancos. Es hora de carros de la compra sorteando a los que paran a saludarse en las aceras. Hoy un único coche avanza por la calle bajo tiras de papelillos de colores y adornos luminosos apagados. Anoche la fiesta fue larga y hoy no ha madrugado nadie.
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