lunes, 5 de agosto de 2013

Mirando al mar 04/08/13

No me gusta mucho ir a la playa. La perspectiva de tener un cuerpo pegajoso de sudor y crema protectora al que se le adhiere la arena como el pan rallado a una croqueta me mata. Por bien que coloques la toalla tarda dos segundos en ser una bandeja de arena. Pero una hamaca frente al mar, donde se sienta el frescor del agua, en la que leer un libro (o escribir un blog), teniendo cerca una nevera con cerveza fresquita y bajo una sombrilla es algo totalmente distinto. Eso a quién no le va a gustar.

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