jueves, 3 de abril de 2014

Junto a la chimenea 23/03/14

Junto a la chimenea está calentita, mucho más calentita que afuera, con la niebla que lo empapa todo. Allí se olvida el invierno aunque sea pleno invierno, porque tiene un poder atrayente que hace más difícil separarte de ella cuanto más tiempo estás a su lado. Junto a su chimenea pasa el domingo que podría pasar en el campo, corriendo entre árboles, persiguiendo ratones y con la hierva mojada haciéndole cosquillas en la barriga, pero prefiere tener el cuerpo seco y las patas limpias, y va girando tumbada en el suelo según le va pareciendo, ahora boca arriba, ahora de lado, ahora boca abajo. Hoy la chimenea le tira más que toda esa gente que ha venido a su casa, y entre la que estaría olisqueando y jugando en otras condiciones. Siente que el frío se va acabando y pronto dejarán de encender ese rincón del salón que tanto le gusta, así que se apega a él con la pena de una pronta despedida. Mañana, o el próximo domingo, llegará al salón y encontrará las puertas abiertas y la chimenea limpia, y sabrá que se acabó hasta el año que viene. Tendrá que volver a la calle a ladrar a los coches que se acercan a la cancela. De nuevo investigará entre las hiervas altas que se mueven al fondo de la parcela. Volverá a mantener a raya al gato del vecino, al que ha permitido durante las últimas semanas estar al otro lado de la ventana de la cocina, mirándolo de reojo con indiferencia desde su cómodo rincón, haciéndole creer que le ha cedido su territorio cuando sólo le ha dejado coger confianza. Medio adormilada por el sonido de las llamas le da por pensar que a lo mejor no se está tan mal fuera. Ha tenido todo el invierno para echar de menos la diversión, y se da cuenta de que el cosquilleo que siente por la espada no es el calor del fuego, son los nervios por volver afuera.


P.D.: La foto me la envía mi hermano Alberto, con algunas otras que iré poniendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario