sábado, 19 de abril de 2014

Un placer por cada tapa 07/04/14

No tenemos claro cómo empezamos en España la costumbre de servir y comer tapas, lo que si tenemos claro es que nos gusta mucho. Hay varios intentos de explicar su origen y de apropiarse de su invento, pero como es improbable conocer el real es preferible dedicarse a disfrutar de su consumo, y mientras hay también muchas ciudades que compiten por la mejor forma de trabajar las tapas, los clientes preferimos ser jurado de la competencia. Es una tradición que hemos exportado a otros países y que fomenta la innovación a la hora de conseguir sabores nuevos. No solemos llevarla a cabo en casa, si no en la calle, porque requiere un trabajo considerable por la cantidad de ingredientes y la variedad de resultados, y es en la calle y en compañía como más se disfruta. Es una forma estupenda de poder comer garbanzos con callos, patatas bravas, croquetas de salchichón y hamburguesa de rabo de toro en una misma comida. Si comer es un placer, comer tanta variedad es concentrar muchos placeres juntos. Al menos un placer por cada tapa.

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