En muchos barrios de muchas ciudades hemos vuelto al carro de la compra y hemos dejado de lado el coche. Hemos dejado las compras mensuales para hacerlas semanales o casi diarias. Hemos dejado los grandes supermercados de las afueras para volver al barrio, atraídos por otros más pequeños, y de paso hemos vuelto a la frutería o la carnicería de al lado de casa. Llevamos el carro con ruedas o las bolsas de lona y nos llevamos a casa lo necesario sólo para los próximos días, sin importarnos que se nos olvide algo porque ya tenemos claro que olvidamos varias cosas y volveremos pronto, porque estamos cerca de casa. Por qué no decirlo, fue un acierto de Mercadona adaptarse rápido a nuestros cambios de costumbres y de consumo, y ponernos un supermercado pequeñito al lado de cada casa. Tanto que a veces cuesta aparcar, el carro de la compra.
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