Este diario trata de fotografía, asi que voy a centrarlo en las cámaras fotográficas y en mi experiencia. Las fotos que aquí pongo están hechas con un teléfono, un Samsung Galaxy S II. Ya hay teléfonos mucho mejores, pero para las fotos que hago no necesito más, aunque lo cambiaré pronto porque se apaga y se enciende por su cuenta. Lo cambiaré sólo cuando deje de funcionar porque cumple con lo que le pido. Para mis fotos más elaboradas tengo una Nikon D60 que compré hace cuatro años cuando se vendían con descuento porque iban a sustituirlas por un nuevo modelo. Era la réflex más básica y barata que encontré, porque no necesitaba más y no sabía si quiera utilizarla. Estoy cansado de ver a gente con cámaras de mil euros y que disparan en automático, con flash sobre paisajes oscuros de profundidad infinita y cosas así. No saben usar la cámara y no necesitan una cámara de mil euros. Harían las mismas fotos con una compacta de cien. Mi cámara se me ha quedado pequeña y mis necesidades ya están por encima de lo que puede ofrecerme comparándola con otras del mercado, pero prefiero gastar mi dinero en aprender y mejorar que en una cámara mejor. Parece mentira que diga esto de una cámara de sólo cuatro años, y es que en realidad no la necesito, porque tiene más posibilidades que cualquier análogica profesional del siglo XX con la que trabajaban los fotógrafos de fama mundial. La cámara no hace al fotógrafo, y Robert Capa haría mejores fotos con un teléfono que yo con la mejor cámara del mercado, por eso prefiero formarme para seguir por encima de mi cámara y no tener la cámara por encima de mi. Paso estos días aprendiendo de grandes fotógrafos en Photofestival de Fuengirola cosas que una cámara mejor no podría enseñarme. Antes de tirarme a la piscina y comprar una nueva quiero saber nadar bien, no sea que la piscina pueda conmigo.
sábado, 30 de noviembre de 2013
Tirarse a la piscina 29/11/13
A todos nos gustan los aparatitos nuevos. Los teléfonos de última generación, las tabletas táctiles, los ordenadores ultrarápidos, los televisores 3D, las cámaras con tropecientos megapíxeles... Para que lo vamos a negar, si no nos han engañado para que los compremos todos, al menos habremos comprado alguno, pero lo peor es que casi al día siguiente de haberlo comprado ya estamos escuchando que se nos ha quedado antiguo porque hay uno mejor, más grande, más rápido o simplemente con un botoncito más. Pero ¿realmente los necesitamos?
Este diario trata de fotografía, asi que voy a centrarlo en las cámaras fotográficas y en mi experiencia. Las fotos que aquí pongo están hechas con un teléfono, un Samsung Galaxy S II. Ya hay teléfonos mucho mejores, pero para las fotos que hago no necesito más, aunque lo cambiaré pronto porque se apaga y se enciende por su cuenta. Lo cambiaré sólo cuando deje de funcionar porque cumple con lo que le pido. Para mis fotos más elaboradas tengo una Nikon D60 que compré hace cuatro años cuando se vendían con descuento porque iban a sustituirlas por un nuevo modelo. Era la réflex más básica y barata que encontré, porque no necesitaba más y no sabía si quiera utilizarla. Estoy cansado de ver a gente con cámaras de mil euros y que disparan en automático, con flash sobre paisajes oscuros de profundidad infinita y cosas así. No saben usar la cámara y no necesitan una cámara de mil euros. Harían las mismas fotos con una compacta de cien. Mi cámara se me ha quedado pequeña y mis necesidades ya están por encima de lo que puede ofrecerme comparándola con otras del mercado, pero prefiero gastar mi dinero en aprender y mejorar que en una cámara mejor. Parece mentira que diga esto de una cámara de sólo cuatro años, y es que en realidad no la necesito, porque tiene más posibilidades que cualquier análogica profesional del siglo XX con la que trabajaban los fotógrafos de fama mundial. La cámara no hace al fotógrafo, y Robert Capa haría mejores fotos con un teléfono que yo con la mejor cámara del mercado, por eso prefiero formarme para seguir por encima de mi cámara y no tener la cámara por encima de mi. Paso estos días aprendiendo de grandes fotógrafos en Photofestival de Fuengirola cosas que una cámara mejor no podría enseñarme. Antes de tirarme a la piscina y comprar una nueva quiero saber nadar bien, no sea que la piscina pueda conmigo.
Este diario trata de fotografía, asi que voy a centrarlo en las cámaras fotográficas y en mi experiencia. Las fotos que aquí pongo están hechas con un teléfono, un Samsung Galaxy S II. Ya hay teléfonos mucho mejores, pero para las fotos que hago no necesito más, aunque lo cambiaré pronto porque se apaga y se enciende por su cuenta. Lo cambiaré sólo cuando deje de funcionar porque cumple con lo que le pido. Para mis fotos más elaboradas tengo una Nikon D60 que compré hace cuatro años cuando se vendían con descuento porque iban a sustituirlas por un nuevo modelo. Era la réflex más básica y barata que encontré, porque no necesitaba más y no sabía si quiera utilizarla. Estoy cansado de ver a gente con cámaras de mil euros y que disparan en automático, con flash sobre paisajes oscuros de profundidad infinita y cosas así. No saben usar la cámara y no necesitan una cámara de mil euros. Harían las mismas fotos con una compacta de cien. Mi cámara se me ha quedado pequeña y mis necesidades ya están por encima de lo que puede ofrecerme comparándola con otras del mercado, pero prefiero gastar mi dinero en aprender y mejorar que en una cámara mejor. Parece mentira que diga esto de una cámara de sólo cuatro años, y es que en realidad no la necesito, porque tiene más posibilidades que cualquier análogica profesional del siglo XX con la que trabajaban los fotógrafos de fama mundial. La cámara no hace al fotógrafo, y Robert Capa haría mejores fotos con un teléfono que yo con la mejor cámara del mercado, por eso prefiero formarme para seguir por encima de mi cámara y no tener la cámara por encima de mi. Paso estos días aprendiendo de grandes fotógrafos en Photofestival de Fuengirola cosas que una cámara mejor no podría enseñarme. Antes de tirarme a la piscina y comprar una nueva quiero saber nadar bien, no sea que la piscina pueda conmigo.
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