jueves, 17 de octubre de 2013

A vista de pájaro 17/10/13

Me gusta observar las cosas desde arriba. No es que quiera estar por encima de los demás, ni mucho menos, sino que me gusta alejarme un poco y ver desde la distancia los lugares que ya conozco de cerca. Si hay un edificio alto siempre quiero mirar desde la última planta, si hay un mirador iré a mirar, si encuentro un castillo llegaré a la torre más alta y si hay un monte subiré hasta arriba. Siempre un poco mas allá, siempre una vista nueva. Por su puesto que también lo hago en cualquier ciudad que visito por primera vez. Me encanta observar las ciudades desde arriba porque todo se ve muy distinto. Los ruidos se mezclan en un rumor sordo que parece la respiración de las calles. Las luces tiemblan en la lejanía y la imagen parece un cuadro. Los tejados de los edificios se amontonan con desorden y la gente parece moverse en silencio como hormigas en una maqueta. Me relaja simplemente mirar y pensar intentando identificar las calles, los edificios, los parques... Mirar y hacer fotos, muchas fotos. Merece la pena pararse un momento a mirar la vida desde arriba, se puede aprender mucho alejándote un poco de las cosas y buscando un nuevo punto de vista.

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