miércoles, 30 de octubre de 2013

España y el tren 29/10/13

El tren debería ser la mejor forma de desplazarse por España. Es cómodo, porque otro conduce por ti, es tranquilo, porque suele llevar una velocidad constante que te permite andar, y es más o menos rápido, y ahí es donde tenemos el problema. Tenemos una red de trenes escasa y antigua, y viajar entre dos ciudades medianas es una odisea con malas conexiones y paradas constantes. Los que viven en Madrid o Barcelona tienen una red de cercanías bastante decente, y unas buenas conexiones con otras ciudades, sobre todo los de Madrid, pero para el resto de España viajar en tren es un recuerdo de película más que otra cosa. Tuvimos una gran idea que fue comunicar todas las capitales de provincia con AVE, pero allí donde se planificaba su paso había decenas de pueblos que pedían no quedar en la cuneta y contar con una parada, pero claro, si el AVE para cada ochenta kilómetros pierde su sentido. De lo que no queríamos darnos cuenta es de que el AVE es un tren de ricos, y en España no somos ricos, aunque durante un tiempo pensamos serlo. Supone unas obras muy caras, con unos trenes muy caros, porque son muy rápidos y muy cómodos, y en distancias medias es mejor alternativa que el avión. El AVE es una gran idea, pero las grandes ideas hay que pagarlas, y además de construirse con esos impuestos que nos quitan mes a mes, luego se mantienen con los billetes que compran los pasajeros, que tienen precios de rico. Uno puede permitirse pagar el precio de ese billete para un viaje ocasional, pero la mayoría de los españoles no podemos pagarlo para viajes frecuentes. Así pasa que esos grandes pájaros van muchas veces vacíos y en muchos lugares han desaparecido al poco de llegar. Así que en España, si queremos viajar en tren tenemos que elegir entre trenes muy lentos y antiguos como decenas de paradas y el AVE, siempre que la llegada del pájaro no haya supuesto la eliminación de los otros. Además, algunas de las líneas de este gran proyecto vertebrador de España se van retrasando años y años desde que nos dimos cuenta de lo pobres que éramos, y el proyecto se quedó a medias. Durante un tiempo, por esa envidia tan española que nos hace desear todo lo que tiene el otro aunque suponga una ruina, cada pueblo, cada provincia, cada comunidad pedía que el AVE tenía que llegar allí, porque queríamos ser vertebrados igual que veíamos vertebrar al vecino. Ahora decimos que no hay dinero, pero pensamos que no hay dinero para malgastarlo en la provincia de al lado, mientras que exigimos que se gaste en la nuestra, porque esa es una inversión necesaria, y porque pensamos que automáticamente nos va a traer negocios y turistas de Madrid. Visto en perspectiva, está claro que el AVE ha sido una mala idea, al menos pensado como está, para que llegue a la puerta de cada español. El AVE tendría que comunicar sólo las grandes ciudades porque aunque nos duela, es donde únicamente hay demanda que puede pagarlo, y el dinero que nos estamos gastando en construirlo por todos lados se debería haber gastado en otros trenes más baratos, más rápidos que los que tenemos hoy, pero que hicieran una verdadera red nacional. Pero es más fácil ganar votos haciéndonos pensar a todos que somos especiales. Ahí los políticos no tienen toda la culpa, ellos nos compran el voto y nosotros se lo vendemos.

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