Están por todos lados. Un día se pusieron de moda, no hace mucho, y hoy no hay quien las pierda de vista. La gente las lleva con orgullo, mostrándolas como un logro conseguido con esfuerzo. Quien las tiene las enseña, ¿para qué si no las vamos a tener? Son como móviles grandes o como portátiles sin teclado y las llamamos tabletas en español, tablets en inglés o por sus nombres comerciales. No voy a negar que son un gran invento, no me quiero poner estupendo. Yo mismo tengo una y la uso para trabajar y a veces para enredar. Bueno realmente más para enredar que para trabajar porque aunque hay quien dice que tienen aplicaciones muy productivas la mayoría las usamos para ver el correo, mirar en internet y poco más. Bueno, también hacen fotos y graban vídeo, y ahí es donde voy. Veo por la calle cada vez más gente haciendo fotos con sus tabletas. A ver, una cosa es que teniéndola a mano uno aproveche para hacer una foto y otra es ser un turista que viaja viendo la vida a través de la pantalla, y no exagero. Delante de cualquier monumento, lugar típico o fiesta popular siempre encontramos a alguien con su gran pantalla por encima de las cabezas de los demás y con la funda colgando, que esa es otra, porque entre aparato y funda tapan media catedral de Burgos. ¿para qué existen las cámaras de fotos, hechas cada vez más pequeñas? ¿para qué tenemos teléfonos móviles con cámaras de más píxeles de los que podemos contar? Cualquier opción me parece más cómoda que usar la tableta como cámara de fotos, con lo que habíamos ganado desde las antiguas cámaras de gran formato y cortinilla por detrás, parece que queremos volver a lo mismo. Repito, no digo que no se use para hacer fotos, si no como cámara de fotos, que no es lo mismo. Pero ¿quién se mata a hacer abdominales para luego no enseñarlas? Pues igual. Lo que al final nos gusta es marcar tableta.
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