jueves, 17 de octubre de 2013

El olor de los cristales 16/10/13

Recordar olores es como mirar un álbum de fotos antiguas. Con ellos volvemos a revivir momentos pasados, lugares, personas y detalles que creíamos olvidados y sólo estaban archivados en un rincón poco usado de nuestra mente, y consiguen reconstruir de pronto todo lo que nos rodeaba cuando lo teníamos presentes. Algunos han estado separados de nosotros muchos años, y cuando los recuperamos nos transportan en el tiempo hasta nuestra infancia. Cada uno tiene los suyos pero creo que hay muchos que pueden ser comunes, la mayoría además vinculados a marcas concretas. Jabones como Magno, Heno de Pravia o Moussel. Hombres oliendo a Floid o Agua Brava, mujeres a laca Nelly o Nivea en lata azul y niños a Nenuco. El comienzo del curso a forro de libros y gomas Milán. Las tardes a Nocilla y a plastilina y las mañanas a Cola Cao y mantequilla Zas. Y las ventanas de la casas a Cristasol. Muchos de esos olores todavía se pueden comprar y han estado siempre con nosotros, y es curioso que si paramos a pensar a qué nos recuerdan, siempre pensaremos en nuestra niñez. Otros desaparecieron de nuestra vida y nos gusta recuperarlos de vez en cuando. Algunas veces necesitamos mirar fotos para sentir cerca otros tiempos, otras nos damos cuenta de que nuestros recuerdos también huelen. 

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