domingo, 20 de octubre de 2013

Un euro para Navidad 19/10/13

Hace menos de una semana hablaba de que ya llegaba la Navidad porque las calles olían a castañas asadas, exculpando a los centros comerciales de la pronta aparición de esta fiesta. Me equivocaba. Mi primera visita después de eso a un centro comercial y me encuentro con que ya están colocando la decoración navideña, más de dos meses antes de Nochebuena. Siempre tenemos una justificación para este hecho, y cuando las cosas van rodadas decimos que los comercios intentan aprovechar cualquier excusa para ayudarnos a decidir que tenemos que comprar más y gastarnos el dinero que no sabemos guardar o que no nos dejan aprender a guardar, mientras que en momentos de crisis nos dicen que tienen que buscar fórmulas para fomentar el escaso consumo derivado de que en momentos de bonanza no hemos sabido guardar, y ahora no tenemos qué guardar. En definitiva, siempre nos están ayudando a gastar lo que ganamos, a consumir. No se si esto es bueno o es malo, pero es lo que tenenos, y es un hecho objetivo que en el mundo desarrollado cada día más gente vivimos de vendernos cosas unos a otros, mientras dejamos que todo se fabrique lejos. No queremos hacer la parte dura del trabajo que coincide con la parte en que menos se gana. Nos compramos cosas unos a otros y el mismo euro cambia de manos rápidamente, haciéndonos creer que es de todos al mismo tiempo, sin darnos cuenta de que es un euro compartido. Así llega un día en que alguien pierde el euro y llega una crisis, porque el euro no era ni compartido, resulta que era de un banco que ahora lo reclama, porque éramos tan felices que comprábamos con el dinero que ganaríamos mañana, en vez de con el que ganamos ayer, y nos quedamos sin comprar ni vender todos de golpe. En fin, que gaste el que pueda que los comerciantes tienen que comer y que gastar a su vez, pero pensemos un poco las cosas.

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