Estamos saturados de publicidad y el problema es que la mayoría es muy mala. Para televisión se hace mucha basura y sólo algunas obras de arte, pero casa segundo es tan caro que los grandes anuncios se recortan haciendo un resumen que pierde la esencia original. Con el desarrollo de Internet las buenas compañías de publicidad y las empresas anunciadoras han encontrado una forma de mostrarnos sus creaciones en libertad, y las vemos como pequeñas películas que buscamos, disfrutamos y nos recomendamos unos a otros en las redes sociales. El producto que venden es lo de menos, aunque nos terminamos quedando con su nombre. Es mucho más difícil hacer publicidad para radio, y ahí encontramos campañas desesperadamente pesadas e insoportables, lo que puede conseguir lo contrario a lo buscado. Ahora mismo recuerdo una empresa de puertas, otra de suelos de madera y una tercera de alarmas cuyos anuncios oigo a menudo y que tengo claro que jamás les comprare nada aunque sean los únicos en el mundo que vendan lo que necesite, por lo malos, pesados y repetitivos que son sus anuncios en la radio, tanto que apago la radio cada vez que oigo la de suelos de madera. Creo que la peor de toda es la de telefonistas que llaman a casa y la de comerciales que pegan en nuestra puerta vendiendo lo que sea a cualquier hora, ante los que casi te tienes que disculpar por no aceptar sus magníficas ofertas, pero a ellos habría que dedicarles un artículo completo. La publicidad en nuestro buzón es algo que nos pone de los nervios, pero sobre todo por lo abundante que es, y todo lo abundante y repetitivo pierde nuestro interés, y ni si quiera pidiendo que no se deje propaganda nos suelen respetar. Aquí hay poco que inventar, y consiste simplemente en catálogos de productos a los que prestaríamos algo más de atención si no encontráramos todos los días el buzón rebosando. Buzón lleno es buzón que va a la basura directamente. Pero si yo un día encontrará todos los buzones de mis vecinos con publicidad y el mio vacío, no tardaría nada en sentir la tentación de ver que es lo que no me quieren vender únicamente a mi, y robaría en seguida algún catálogo. Eso sí sería publicidad efectiva, seria anunciar sin anuncios.
P.D.: La foto llega al buzón de parte de mi hermano Alberto.
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