viernes, 7 de febrero de 2014

Calle de la Iglesia 20/01/14

Me suelo fijar en los nombres que ponemos a las calles. Es una costumbre que tengo y suelo descubrir bastantes curiosidades. A saber: en todos (siempre es atrevido decir todos) los pueblos hay una Calle Iglesia y una Plaza de la Constitución; desde que existen las autonomías en todos existe una Avenida de Andalucía o Plaza de Cataluña según corresponda; suele haber una Calle Larga, Calle Estrecha o una Calle Mayor; las ciudades organizan sus nuevos barrios con nombres todos relacionados, como en Alhaurín de la Torre que la Urbanización Retamar tiene todos los nombres relativos a tipos de barcos como Buque o Velero; en Badajoz las placas con el nombre contienen una pequeña aclaración debajo del nombre y en la página web del Ayuntamiento de Málaga hay una descripción completa del por qué de los nombres; hay pueblos que ponen una calle simplemente a Lorca y otros que no piensan en sus vecinos escribiendo pesadamente Calle del escritor Federico García Lorca; en Coín hay una Calle Edoras  de Rohan, nombre sacado de El Señor de los Anillos; en Torremolinos una Calle Pez Dorado; en Melilla Calle Sargento Arbucias entre otros muchos militares; hay calles que todo el mundo conoce por un nombre aunque se llamen de otro, como la Plaza de Cervantes en Badajoz que todo el mundo conoce como San Andrés y en la que hay una estatua a Zurbarán para enrevesarlo todo un poco más; también  en Badajoz hubo durante años una calle dedicada al personaje inexistente de Arturo Barco, creado del error del fabricante de la placa que puso Barco en vez de Barea; los nombres relativos a los oficios que se ejercían antiguamente en la misma calle se están perdiendo, aunque se mantienen algunas excepciones como Calle Zapatería o Plaza del Carbón; y donde es mejor no entrar es en las calles dedicadas a personajes famosos vinculados a una ideología porque esos cambian con cada legislatura, así que mejor ni aprenderlos ni contarlos. En fin, que merece la pena prestar un poco de atención al callejero y pensar el por qué de los nombres, así no seré yo el único raro que lo hace.

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