Cuando salió la Ley antitabaco que impedía fumar dentro de todos los bares y restaurantes muchas auguraron la muerte del sector. Esta medida sumada a la crisis que ya no recordamos ni cuando empezó suponía el cierre de nosecuantos negocios y la pérdida de tropecientos empleos. Bien es cierto que la crisis ha terminado con muchos negocios de hostelería, pero no creo que más que de otro sector. Es sólo una percepción, no tengo datos, pero veo que cada vez que hay obras en un local comercial casi seguro que es para montar un bar. Si algo triunfa en este país son los bares porque cuando a los españoles nos sobra un euro después de cubrir nuestras necesidades básicas lo gastamos en echar un rato con los amigos y unas tapas de por medio. Lo que no ha triunfado son los "clubes de fumadores" que en los primeros días parecía que iban a estar por todos lados para salvación de los que agarran el pitillo, porque yo sólo he visto uno que ni si quiera llegó a abrir. La prohibición de fumar en los lugares cerrados ha vaciado los bares, pero ha llenado las terrazas. Los Ayuntamientos han sido más flexibles a la hora de conceder licencias para ocupar la calle con terrazas, en algunos casos permitiendo la colocación de estructuras metálicas con cubiertas y cierres permanentes que han convertido las terrazas en los nuevos bares y que llegan a impedir el paso de los peatones. Los fumadores han salido a la calle a quemar su dinero y los no fumadores han salido con ellos a tomar el sol, porque nos gusta más la calle que ninguna cosa, y un bar al aire libre es un sueño hecho realidad. Así que ahora tenemos bares vacíos, terrazas llenas y de paso algunas personas han dejado de fumar, ahorrándose en dinero lo que ganaban en salud, además creo que los hosteleros estarán contentos ahora que ha pasado el tiempo y todo ha ido a su sitio, esto es, a sus terrazas.
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