miércoles, 5 de febrero de 2014

El GPS que nos guía16/01/14

Los GPS nos han permitido estar pendientes sólo de conducir y no tener que estar fijándonos en los carteles, los desvíos y los carriles.  El aparatito nos avisa de dónde nos tenemos que poner y cuándo y nosotros nos concentramos en no chocar con los demás. Yo uso mucho el GPS hasta por las carreteras y calles que conozco, sobre todo para tener controlado el tiempo que tardo de un punto a otro, porque no siempre nos lleva por buen camino. Esta claro que el noventa y nueve por ciento de las veces vamos a llegar a nuestro destino si seguimos sus indicaciones, pero lo que no es seguro es que sea por el camino más corto ni el más cómodo. En mi GPS ha estado apareciendo una carretera tres años antes de que se terminara. Pero no es culpa del fabricante si no del Ministerio de Fomento por paralizar las obras al reducir el presupuesto de esos años. El caso es que el aparato ha estado tres años intentando meterme por una carretera en obras. En otros casos pasa lo contrario y carreteras nuevas aparecen como caminos o calles han cambiado de sentido circulatorio y no se ha actualizado la base de datos. Recuerdo alguna ocasión en la que he estado dando vueltas por las mismas calles una y otra vez sin encontrar la salida por seguir sus consejos, aunque sigo intentando mantener mi criterio sobre sus órdenes, no sea que me pase como aquella señora que condujo durante días y atravesó varios países camino del aeropuerto o aquellos pobres confiados que se ahogaron porque el GPS indicaba que había una carretera donde ellos veían un pantano. Algunos piensan que ya hemos llegado al futuro en el que la realidad vemos es menos cierta que la que nos dicen las máquinas.

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