jueves, 20 de febrero de 2014

Un euro es igual a cuatro euros 03/02/14

Estoy cansado de pagar por aparcar el coche. Muchos días voy de un lado para otro haciendo varias paradas, y en cualquier pueblo medio grande es difícil aparcar porque somos muchos los que nos movemos en coche, así que los ayuntamientos han copiado de las grandes ciudades las zonas azules o similares. Para fomentar el transporte público, dicen ellos, para cobrar más veces por lo mismo, digo yo. El transporte público está muy bien en Madrid, dónde hay una parada de Metro en cada esquina, o es perfecto si vas al centro y vuelves, pero no sirve de nada si vas por varios pueblos que no tienen conexión, o que para hacerla tardas tres días en autobús lo que tardarías tres horas en coche. No soy repartidor, así que me olvido de las zonas de carga y descarga. Sólo queda dar muchas vueltas y terminar pagando por la zona azul, o a algún colaborador de alguna asociación a la que el Ayuntamiento tiene cedida una zona y que desaparece en cuando se llena la zona, o a un gorrilla, que desaparece en cuanto le pesa el bolsillo. Eso o ahorrarte las vueltas, el tiempo, e ir directamente a un aparcamiento público. Construirlo cuesta dinero, así que es normal que aparcar allí sea tan caro. ¡Ah no, espera!, que su construcción estaba ya incluida en los presupuestos del municipio y pagada con nuestros impuestos. Será que de nuevo los Ayuntamientos cobran dos veces por lo mismo. Habrá que mantenerlos, pero a casi dos euros la hora que cuestan muchos...

Bueno, en estas que llego a Mijas y veo un gran cartel indicando que el aparcamiento público que está junto al Ayuntamiento cuesta un euro al día. Tarifa plana. Da igual que estés diez minutos que diez horas. Me parece bien, porque por media hora se suele pagar eso en cualquier otro. Hago mis trámites y cuando vuelvo a pagar en la máquina pone que no funciona, que busque otra. En la del otro extremo pone lo mismo, que vaya a la de la planta baja. En esa pone que sólo se puede pagar con monedas de un euro, ni billetes, ni tarjeta ni otras monedas, y yo no tengo monedas, sólo un billete de cinco. Voy a la cabina y el cajero me dice que lo siente, pero no tiene cambio, pero que no me preocupe por tardar que es tarifa plana. Gracias. En frente del aparcamiento veo una cafetería que vende: "zumo de naranja natural", y pienso que no pasa nada por parar a tomar uno y conseguir cambio. En el local solo hay una pareja tomando café. Pido la cuenta y saco mi billete de cinco, y casi me quedo corto. ¿Tres euros por un vaso de zumo al que si le quitas el hielo se queda por la mitad? Ayer mismo cinco kilos de naranjas costaban dos euros en Mercadona, ¡que los vi yo!. Normal que el local esté vacío, ni los cientos de turistas que pasan por delante cada día se atreven a entrar. Y yo tengo que terminar pidiendo al camarero que me cambie la moneda de dos euros que me ha dado de vuelta por dos de uno. Al final, aparcar siempre sale caro, pero más caro sale el zumo natural.



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