La historia de Marta comenzó mucho antes de que ella fuera una mera ilusión, justo cuando sus padres sin saberlo se empezaron a amar tanto que juntos dejaron la tierra que les vio nacer y cambiaron la verde dehesa extremeña por el malagueño azul del mar. Siguieron su vida frente al Mediterráneo y Marta fue un regalo dejado a escasos pasos de la Caleta, donde el Sol viene cada mañana a dar los buenos días y donde el aire fresco huele a sal. Donde el Sol vino a desearle buena vida y el aire le trajo la playa por la ventana. Marta no quiso ser el premio el gordo de Navidad ni tampoco el regalo del gordo de la Navidad, así que decidió llegar mientras unos celebraban la suerte de la Lotería y otros esperaban encontrar la suerte bajo el árbol. Sus padres se encontraron celebrando toda su suerte de golpe cuando la tuvieron en brazos, y pensaron que no volverían a comprar lotería ni escribir cartas de deseos en mucho tiempo, porque tanta suerte junta sería injusto tener. Todo el mundo merece un poco y ellos ya tienen de sobra.
Marta decidió llegar con prisas y puso a sus padres nerviosos antes de tiempo, pero pareció arrepentirse al ver que iba a dejar para siempre el mundo cálido que su madre había estado cuidando para ella durante nueve meses. Llegó decidiendo desde antes de saber que podía decidir, cambiando los planes de todos los que la estaban esperando antes de saber que tenía el poder de hacerlo. Aunque sus padres también decidieron muchas cosas por ella. Decidieron que sería pacense y extremeña, malagueña y andaluza, y que en su mesa nunca faltarían el jamón ni los boquerones. Decidieron que le mostrarán como amar la tierra de sus orígenes y donde sigue viviendo su familia y muchos de los que serán sus amigos, y de igual modo la tierra y el mar que acogió a sus padres y la recibió al nacer, donde viven el resto de los que serán sus amigos. Decidieron que le hablarán de los que la quieren, y de los que la habrían querido de haberla conocido. Decidieron que mientras puedan la enseñarán a viajar, para que vea lo distintos y lo iguales que somos a los del otro lado de la calle y a los del otro lado del mundo. Decidieron que la entrenarán para defenderse en un mundo cada vez más complicado, pero que la enseñarán a dormir tranquila cada noche, rodeándose para ello de amigos antes que buscar enemigos, y respetando a los demás antes de pedir respeto. Decidieron que harán todo lo posible para que sea feliz, porque ella les ha dado más felicidad de la que ya tenían y de la que pudieron nunca imaginar. También a prepararse para una vida que es injusta cuando menos te lo esperas y te trae pesadillas en mitad de los sueños. Decidieron hacerle muchas promesas al oído mientras ella duerme junto a la ventana, y prometieron que no olvidarán las promesas.
La historia de Marta con nosotros ha comenzado hoy 23 de diciembre de 2013. Ha comenzado junto a una ventana, junto a la playa y junto al mar, junto a muchos de los que la quieren y junto a un Sol que le trae la fuerza de los que también la quieren pero no pueden estar tan cerca. De nuevo ventanas que hoy además de traer fuerza y esperanza, también las llevan.