viernes, 13 de diciembre de 2013

La tienda de la esquina 12/12/13

Yo he sido niño de los recados. No profesionalmente si no para mi madre. Antes no daba miedo mandar al niño a la tienda de la esquina a comprar el pan, unos ajos de los de verdad o a cambiar el casco de cerveza por uno lleno. Ahora además se compra menos en las tiendas de barrio y muchas mueren por la competencia feroz de los supermercados. La sociedad cambia y los cambios no son justos para todos, pero lo son para muchos, y los supermercados nos ofrecen unos precios con los que las tiendas de barrio no pueden competir. Antes hacer la compra era un acto social. Se tocaba el género, se preguntaba por la familia, se dejaba fiado, se encargaba y se hablaba del vecindario. Ahora vamos de comprar con prisas y no conocemos al dependiente. La vida cambia y con los cambios ganamos y perdemos cosas. Las grandes superficies son el diablo para las tiendas pequeñas, pero para los consumidores son los que nos venden barato, porque las inmensas cantidades que compran les permiten negociar con los productores precios bajísimos, a veces ridículos. Los productores ganan tener todo vendido de golpe, pero pierden un margen que a veces se les queda en nada. Volvemos a ganar los consumidores mientras que los productores también son de los ven a los supermercados como el diablo, pero al final ellos terminan comprando alli todo lo que no producen.
A igualdad de producto es complicado encontrarlo más barato en una tienda pequeña, pero hay cosas que merece la pena mirar, como los productos frescos. La calidad de esos productos en los supermercados suele ser inferior porque compran a gran escala en lugares lejanos y el producto como la fruta o la verdura no llega en las mejores condiciones a casa, estropeándose pronto muchas veces. En cambio en las fruterías suelen ser de cultivos cercanos y algunas veces hasta más baratos. No se trata de hacer patria y fomentar la riqueza entre nuestros vecinos, se trata de ser inteligente, buscar, comparar y comprar lo mejor para nosotros, y lo mejor lo podemos seguir encontrando en la tienda de la esquina, esa que ya no cambia el casco de la cerveza pero nos sigue vendiendo los ajos de verdad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario