jueves, 19 de diciembre de 2013

Villancicos 18/12/13

Los villancicos son la banda sonora de la Navidad y allá donde vayamos los escuchamos sin parar. Las tiendas, centros comerciales y supermercados ponen villancicos mientras gastamos dinero, en las principales calles de las ciudades ponen villancicos mientras paseamos, en la radio ponen villancicos mientras trabajamos o vamos en coche, y en la televisión salen Montserrat Caballé y Raphael cantando un villancico que ojalá sólo pusieran en la radio, para no tener que ver las caras tan raras que ponen al cantarlo. Están por todas partes, y hace unos días un concejal de Torremolinos se quejó de que en el Ayuntamiento hubiera villancicos a todas horas ambientando el Belén que hay allí montado, y diciendo que para los trabajadores era un suplicio comparable a las torturas de Guantánamo. Primero tengo que aclarar que no se refería a que el Ayuntamiento fuera un cachondeo, si no que allí montan un Belén cada Navidad que los vecinos pueden visitar. En segundo lugar tengo que decir que no creo que influyera en su opinión ser concejal de Izquierda Unida, y que seguramente no tenga nada en contra de la Navidad ni de lo que representa. Y en tercer lugar que yo estoy en parte de acuerdo con él. No creo que yo soportara trabajar ocho horas seguidas escuchando continuamente villancicos, porque los villancicos que tenemos en España son en su mayoría muy cansinos. Por un lado tenemos los villancicos clásicos cantados por coros de niños y por otro los que cantan coros rocieros o similares, y con eso tenemos el noventa por ciento de los villancicos que escuchamos todos los años. No se si cada año buscan a niños nuevos o es el mismo disco que lleva sonando cincuenta años, pero ya se hace un poco pesado escuchar el Chiquirritín o Arre Borriquito con esas voces tan agudas. En cuanto a los más modernos en plan rociero, pocos se salvan entre lo repetitivos y lo absurdo de las letras. A mi sólo me gustan los villancicos en inglés, y supongo que en parte será porque intento no entender la letra, porque si no los odiaría igual por empalagosos. La otra gran parte es porque en el mundo anglosajón todo gran artista que se precie y quiera llegar al gran público tiene que grabar un disco de villancicos, y no es lo mismo escuchar a Frank Sinatra o Ella Fitzgerald que a los niños del Coro de San Cucufato. No se si aquí los grandes artistas es que no se atreven a quitarle el puesto a los niños, pero en inglés hasta John Lennon o David Bowie tienen sus canciones de Navidad. Hoy le daré otra vuelta al Christmas Gift for You from Phil Spector, que conocí gracias a J. F. León, gran rockero y crítico musical, pero si alguien tiene a bien recomendarme uno en castellano que no sea ni de niños ni flamenco, se lo agradezco.


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