Mucho está cambiando el cine y la televisión últimamente y mucho más va a cambiar. La televisión siempre ha sido el hermano pobre del cine, y por ahí pasaban las películas años después de emitirse en cine o las películas de peor calidad que ni si quiera se emitían en pantalla grande. Siempre hemos tomado la frase "hecha para televisión" como una muestra de la baja calidad que tenía el producto. Como digo todo esto está cambiando, y cada vez se hacen más productos televisivos con una calidad igual o superior a los del cine. Hacer cine ya no es sinónimo de emitir en salas inmensas, si no que es hacer productos de calidad da igual dónde se emitan. Estos productos se han sabido adaptar al salón de nuestra casa y ahora las mejores historias se cuentan en muchos capítulos, con presupuestos y medios técnicos impresionantes. Las series son las niñas bonitas de hoy día, y auguro que el futuro lo único que van a poner en el cine son grandes producciones con efectos especiales que sólo podremos disfrutar de verdad en una pantalla inmensa, estrenos en los que reunir a todo el elenco de actores participantes y películas dirigidas a un público muy concreto y escaso como seguidores de un director en concreto que haga cosas raras. Con la presencia de internet en cada rincón de la casa tenemos en la tele cualquier archivo que esté en la red, y de una forma legal o ilegal podemos ver una serie o una película a la hora y en el día que nos venga bien, lo que hasta ahora era muy complicado. Ya no hace falta esperar una semana entera para tener un capítulo nuevo de nuestra serie favorita, podemos acumularlos y ver los que queramos de golpe. Hay mucha gente que prefiere verlos así y no estar siete días esperando, pero a mi me gusta esa tensión que se siente al ver terminar un capítulo y pensar que queda toda una semana para poder disfrutar de otro, apretar las mandíbulas y arrugar la nariz con ganas de poder seguir conociendo la historia. Creo que es parte del encanto de la series en televisión el quedarte con las ganas de seguir avanzando más y más en la trama como el que sube unas escaleras escalón a escalón, despacito, disfrutando de cada paso y con cada vez más ganas de ver lo que hay al final pero a la vez sabiendo que al llegar arriba todo se habrá terminado, así que hasta los momentos de espera sentados en cada escalón son importantes. Nunca es bueno correr por las escaleras, corremos el riego de caernos.
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