Soy de los que va por la vida mirando a través de un objetivo, sobre todo cuando llego a un sitio nuevo. Llego, me sorprendo, saco la cámara, empiezo a mirar a través de ella y me cuesta dejar de hacerlo. Intento no perder un detalle que fotografiar porque hay lugares a los que es complicado volver, y siento esa necesidad de guardarlo todo en la tarjeta de memoria, para que quede en mi recuerdo tal y cómo lo he visto, porque la memoria falla y los recuerdos se reducen a lo que repites una y otra vez, como ver las fotos que has tomado o hablar sobre las situaciones que has vivido. Pero durante un tiempo esto me causaba otro problema, porque al llegar a casa y ver las fotos me daba la extraña sensación de no haber estado en muchos sitios, de haberlos visto a través de la cámara como los veía luego a través de la pantalla, de haber sido un espectador que plantado en medio de una plaza sólo ha hecho fotos y no ha tocado que los árboles, las farolas y los edificios eran reales. Así que un día se lo dije a Angélica y ella me dijo: "pues toca las cosas", y así lo hago desde aquel día. Cuando llego a un sitio nuevo, me sorprendo, saco la cámara, hago mis fotos pero también la dejo colgando de vez en cuando y me acerco a tocar las cosas. No es que vaya tocando cada árbol y cada columna, sólo algunas cosas. Voy a Sevilla y toco la Torre del Oro, voy a Madrid y toco las puertas del Palacio Real, voy a Londres y toco la barandilla del Puente de la Torre. Parecerá una tontería, pero en estos momentos en los que casi podemos grabar toda nuestra vida para después poder reproducirla en el ordenador, es una forma de saber que he estado en los sitios y que no ha sido una mera imagen. Evidentemente sé que he estado en los sitios sin necesidad de hacerlo, pero así no me quedo con la sensación extraña de haberla visto sólo a través de objetivos y pantallas. Cada vez es más común ir por la calle o asistir a un evento y ver a la gente mirando sus cámaras en vez de mirando la realidad, y mucho peor, mirando a través de sus tabletas que es como ir mirando la televisión directamente. Si alguien les cambiara lo que ven en la pantalla por un video grabado, ¿se darían cuenta de que no están viendo la realidad? Por eso yo toco las cosas, aunque parezca un loco.
Tato,Efectivamente es mejor de quedar las cosas guardadas, y en éste caso en la tarjeta de memoria,ahora que con las nuevas tecnologia no lo podemos permitir,pues la memoria humana falla
ResponderEliminarya lo digo en su dia el famoso Valle Inclán "las cosas no son como las vemos sino como las recordamos.Besos Pai.
Tenía razón Valle Inclán. A veces recordamos cosas que no hemos vivido, por que las vemos en fotos y nos parece lo contrario.
ResponderEliminar