lunes, 31 de marzo de 2014
Querer creer 19/03/14
viernes, 28 de marzo de 2014
Una puerta al pasado 18/03/14
P.D.: Me manda la foto mi tio Antonio.
Vivir no tiene edad 17/03/14
jueves, 27 de marzo de 2014
Hay que tener hambre 16/03/14
Desde el balcón 15/03/14
Las olas de La Caleta 14/03/14
miércoles, 26 de marzo de 2014
Callejón sin salida 13/03/14
Azúcar sin azúcar 25/03/14
martes, 25 de marzo de 2014
El precio de la Pasión 12/03/14
lunes, 24 de marzo de 2014
Soneto de viento y azahar 11/03/14
Es tradición 10/03/14
domingo, 23 de marzo de 2014
Sitio para tres 08/03/14
Motes y orgullo 09/03/14
viernes, 21 de marzo de 2014
El plástico 07/03/14
Caer con estilo 06/03/14
jueves, 20 de marzo de 2014
Telarañas 05/03/14
Día de obligaciones 04/03/14
miércoles, 19 de marzo de 2014
... Carnaval 03/03/14
Esto es... 02/03/14
martes, 18 de marzo de 2014
Camino de baldosas amarillas 01/03/14
lunes, 17 de marzo de 2014
A casa por Carnaval 28/02/14
En babuchas, pero con estilo 27/02/14
domingo, 16 de marzo de 2014
Adiós, fax, adiós 26/02/14
sábado, 15 de marzo de 2014
Para terminar así 25/02 /14
Es lo que tiene querer vender de todo. Tenían los ingredientes para hacerse ricos y seguro que lo han conseguido, pero a costa de perder la dignidad: un personaje de dibujos animados que gusta tanto a niños como a jóvenes, niños con antojos por el personaje de moda, padres con ganas de satisfacer a sus hijos y jóvenes que no quieren dejar de ser niños, y que se compran cosas de los personajes de moda de ahora, ahora que tienen dinero, porque cuando eran niños sus padres no podían complacerlos. Miles de productos en venta para millones de potenciales compradores, desde mochilas, peluches y libros, a golosinas, camisetas y sábanas. Los diseñaron y los vendieron. Pero aspiraban a vender de todo y lo han conseguido. También pijamas, disfraces y ropa interior de niño. Los fabricaron y los vendieron. Y pensaron que los adultos también comprarían pijamas y ropa interior. Y algunos dijeron que sería demasiado, que no lo conseguirían, pero lo hicieron. Y así fue como le vendieron bragas de Bob Esponja a una señora que no se quiso dar cuenta de que en navidades había comido más de la cuenta, y que las mallas le quedaban más apretadas de lo recomendado. Y así fue como Bob Esponja terminó atrapado dónde y cómo nunca pensó terminar.
Sol y sombras 24/02/14
El sol de la tarde baja siguiendo el camino que acostumbra a llevar cada día, y se nota que cada día le cuesta más llegar a su destino. El año va avanzando y el frío quiere ser cada vez más escaso, en un año en el que el frío ha sido especialmente escaso, pero el invierno lleva en nuestras vidas más años de los que desearíamos. Las calles se llenan de gente con ganas de pasear en un país en el que a la gente le gusta estar en la calle. Se llenan las aceras, se llenan las terrazas, se llenan las plazas y se llenan los caminos de gente que busca sol y que llena el suelo de sombras que se cruzan y se alargan hasta mezclarse unas con otras. Las noticias hablan de recuperación, de menos paro, de empresas que ganan, de inversiones extranjeras y de confianza, pero la sombra que persigue a la gente está cargada de mentiras políticas, bajadas de sueldos, subidas de precios y subidas de impuestos, y sienten que el invierno de la crisis les pesa demasiado en la espalda como para creer en las noticias. Las sombras son largas y pesadas pero la gente se olvida de todo por un rato para disfrutar del sol de la tarde, porque nos hemos acostumbrado a vivir así. Hay sonrisas en las caras de la gente, aunque las sonrisas no generan sombra porque los que cargan nuestra sombra de problemas no merecen que nosotros sumemos nuestra sonrisa. Pero la gente llena la calle con sonrisas, sonrisas a pesar de todo.
viernes, 14 de marzo de 2014
Ultim bus 23/02 /14
jueves, 13 de marzo de 2014
Morir en la cuesta 22/02/14
miércoles, 12 de marzo de 2014
La siesta 21/02/14
Estimados clientes 20/02/14
La burbuja inmobiliaria la inflamos, voluntariamente o no, entre todos los que compramos o vendimos viviendas, pero lo hicimos con el aire que nos daban los bancos. Si no hubiera sido porque ellos aumentaron los plazos de devolución de los préstamos hasta treinta, cuarenta y cincuenta años, los precios no habrían subido tanto, porque lo que limita el precio de la vivienda que podemos comprar es la cuota mensual, no el precio en si. Durante unos años los bancos y cajas abrían oficinas en cada esquina, en ocasiones sólo con la excusa de haber financiado la construcción de una promoción cercana, y con la esperanza de quedarse como clientes a los compradores de esas viviendas. Lo veían como una forma de empezar en una plaza Nueva, y así teníamos cajas asturianas con oficinas en Málaga, o aragonesas en Murcia, todas levantadas a la estela de las nuevas construcciones. Eran muchas oficinas para repartirse los clientes los mismos clientes, y es que a lo mejor los bancos también vivieron por encima de sus posibilidades. Con la crisis llegaron los recortes de personal y el cierre de oficinas, y en las puertas de las mismas se empezaron a colocar carteles que decían cosas como: "hemos trasladado esta oficina a Villaconejos de la Sierra", cosa que todos veían falsa porque sabían que la de Villaconejos ya existía de antes. Como los clientes hipotecados en los años de la burbuja deben más dinero del que valen sus casas no pueden cambiar de banco, muchos se encuentran abandonados por el suyo, como el caso extremo de la única oficina que había en la isla de La Graciosa, que al cerrar recordaba a sus clientes que les seguirían atendiendo en la oficina más cercana, en Lanzarote. Cualquiera va a reclamar ahora las comisiones de mantenimiento a Villaconejos, con la de curvas que debe haber en la carretera de la Sierra, al menos los de la Graciosa se dan un bonito paseo en barco con el que templar los ánimos antes de vérselas de frente con el nuevo director.