Siempre me han llamado la atención los avisos de altura máxima en los puentes de las autovías porque una vez allí ¿quién es el guapo que se da la vuelta? el que lleve un camión que supere esa altura tiene un problema porque no hay salida ni para adelante ni para atrás. Supongo que la altura será suficiente para la mayoría de los vehículos y que los que la superan son sólo los transportes especiales que deberían estudiar antes la ruta que les toca hacer para evitar esos problemas, pero las marcas en el hormigón de los puentes son la prueba de que o los transportes especiales no han estudiado la ruta, o la altura no es suficiente tampoco para el resto de transportes, y el aviso llega tarde.
Hay gente que se mete en estrechas calles de las que tiene muy complicado salir porque no han comprobado previamente si les cabe el camión, y una vez en medio, aunque se den cuenta de que se han equivocado, les da igual seguir y arrancar los balcones destrozando su camión que volver arrancando las esquinas y destrozando el camión igual. Sobre todo si el camión no es suyo. Imagino, por ejemplo, al señor Artur Mas así, metiendo a Cataluña en un callejón del que salga por donde salga, va a salir raspado. Ya lo sabe porque ve los balcones de cerca y ve los avisos, así que está intentando que los propietarios recojan sus balcones, y cuando éstos no lo hagan, los culpará de estar en medio.
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