Demasiado a durado y ya hoy es su último día conmigo. Llegaron a ser los reyes en las oficinas durante algunos años, cuando resultaba mágico introducir un documento por un aparato conectado a una línea de teléfono y que apareciera casi instantáneamente en otro aparato igual sólo tras indicar su número. Pero hoy es difícil encontrar una línea de teléfono que no tenga internet, así que el correo electrónico ha mandado al fax al olvido. Ahora con un teléfono móvil podemos escanear cualquier documento y mandarlo desde cualquier sitio y sobre la marcha, además, el ahorro que supone no tener que gastar papel y tinta ha empujado a las empresas a fomentar el uso del correo electrónico frente al fax, y actualmente el fax es un aparato encendido y sin uso. Yo lo mantenía activo por un único cliente que me mandaba regularmente alguna documentación, y sólo había recibido cosas suyas en el último año y medio. Pero he decidido que se acabó que hoy termina definitivamente la era fax para mi. Fuiste un gran compañero de trabajo, pero te llegó la jubilación.
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