miércoles, 26 de marzo de 2014

Azúcar sin azúcar 25/03/14

Vivimos en una época rara en la que le quitamos la cafeína al café, la grasa al queso y la nicotina al tabaco. Queremos cosas que aparenten serlo pero no lo sean, porque a  lo mejor nosotros queremos ser lo que no somos o al menos aparentarlo. Le echamos leche al gel de baño y almendras al champú, pero a la leche le quitamos la grasa y las almendras ni las probamos. A la leche le quitamos la grasa y la lactosa pero le añadimos calcio, así que hasta la leche de soja es más leche que lo que queda de ese experimento. Tomamos cerveza sin alcohol, embutido bajo en sal y mantequilla baja en grasa, cuando la mantequilla es pura grasa. Hasta la Coca-Cola, que en esencia es un refresco carbonatado con cafeína, es decir, hecho de azúcar y cafeína, lo pedimos sin azúcar y sin cafeína, por lo que nos queda sólo el nombre y el color. Nos sentimos sanos comiendo ensalada que bañamos en una salsa con más calorías que una hamburguesa, y le añadimos bacon, queso y frutos secos. Llevamos décadas seleccionando las variedades más dulces de cada fruta porque nos gustan dulces, para luego poder comprar zumo "sin azúcar añadido" pero echarle nosotros sacarina, aspartamo, stevia, o el siguiente edulcorante de moda. Total, que no se si sabemos lo que queremos o es que queremos lo que no sabemos, porque pedir un descafeinado con leche de soja y stevia, me parece a mi que es no querer tomar café con leche, si no parecer que lo estamos tomando mientras demostramos que queremos tomar todo lo contrario. 


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