viernes, 21 de marzo de 2014

Caer con estilo 06/03/14

No se cómo sobrevivíamos antes de tener teléfonos móviles. Llegamos pronto o alguien nos hace esperar y sacamos el móvil. Estamos en la cola  supermercado y sacamos el móvil. Hay anuncios en la televisión y sacamos el móvil. Estamos tomando café con alguien, va al baño y sacamos el móvil. Vamos andando solos por la calle y vamos mirando el móvil. Los tiempos de espera antes debería ser muy aburridos, y es que me paro a pensar y no sé a que me dedicaba antes mientras esperaba. Supongo que a leer la carta de la cafetería o a ver los anuncios de la tele. Lo de ir por la calle mirando el móvil es algo más peligroso que perdernos los anuncios. Vamos andando de memoria y confiando el mundo a nuestra visión periférica, con la que lo vemos todo pero nos perdemos algunos detalles, como que aparezca un escalón en el suelo que no recordábamos o un coche conducido por otro que también atiende al móvil. Siempre ha habido despistes y despistados y siempre ha habido caídas por no ver el escalón de la acera, o golpes por no ver la farola, pero con los teléfonos móviles hemos multiplicado nuestros traspiés tanto como nuestros mensajes de texto y si antes lo hacíamos con naturalidad ahora lo hacemos con mucha más porque ahora tenemos una excusa para no tener que mirar alrededor: nos caemos y nos levantamos como si nada, haciendo como que seguimos mirando el móvil para aparentar que era todo parte del espectáculo, pero lo que hacemos realmente es prestar atención a lo que nos rodea comprobando si alguien se ha dado cuenta, esperando doblar la esquina para comprobar que tenemos todo en su sitio, y si algo se ha desprendido, que parezca que lo hemos colocado nosotros así.   

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