domingo, 23 de marzo de 2014

Sitio para tres 08/03/14

Ya nos habíamos acostumbrado a guardar un sitio para Marta, así que cuando llegó todo fue más fácil. Los camareros se extrañaban al ver a dos personas y tres sillas, y pensarían que estábamos algo tocados del ala, pero no hay por qué dar explicaciones a la gente. Que piensen lo que quieran. Aun así nos quedamos cortos, porque el sitio que ocupa Marta es más grande del que preveíamos, y una silla no es suficiente para ella. Llegó y lo inundó todo, y eso que por ahora sólo dirige desde su trono y todavía no recorre la casa a sus anchas. Llenó su habitación de juguetes, el tendedero de ropa, la cocina de biberones y las mesas de chupetes. Llegó e hizo más cortas nuestras comidas y nuestras siestas, más pequeños los maleteros y más largos nuestros viajes. Llegó y llenó los amaneceres de sonrisas, las mañanas de juegos y balbuceos y las tardes de miradas curiosas. Llegó y ocupó nuestro tiempo y nuestras atenciones, pero tiene el don de cambiar el cansancio por felicidad con sus pícaros y sonrientes ojos. Marta ya ocupa su lugar en el mundo, un lugar grande que se hace más grande cada día, un lugar que no sabemos con qué estaría ocupado antes, porque parece que siempre ha estado ocupado por ella.

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